Maite Cendròs, una artista que busca vida y alegría
Maite Cendròs
Una artista que busca vida y alegría
Una obra madura y transparente
La artista Maite Cendròs (Sant Pere Pescador, Girona 1947) consta con una fecunda obra que ha madurado a través de 50 años de trayectoria artística. En cuanto a su formación, ha recibido diversos conocimientos y no solo en el terreno del arte. Recordemos que artistas importantes y decisivos como Brian May, guitarrista de Queen, es también astrofísico y ha obtenido un doctorado en filosofía en el Imperial College, universidad británica. Así como como Mondrian fue maestro de primaria y Van Gogh fue pastor protestante, nuestra artista, como en el caso de muchos creadores destacados, se ha nutrido de otros saberes y ha estudiado medicina en París.
Abre su primera galería de Arte en Versalles en el 1969, expone y vive en Usa. A los 43 años de edad acaba sus estudios de Bellas Artes e Historia del Arte en Bélgica. Puede verse en su obra que es una apasionada por la figura humana, investigadora del color y la textura. Ejecuta una pincelada amplia y expresionista, pero sin romper con el parecido del modelo y conservando las principales normas del naturalismo, esto es: las proporciones que caracterizan el realismo y la demostración de un conocimiento académico, fundamentalmente en la representación de la figura humana y el paisaje.
Maite se define a sí misma como una artista que busca vida y alegría en su obra a través de sus pinceladas de carácter expresionista. Sus obras son de una fuerte estructura en el espacio, con formas sugerentes y composiciones equilibradas bajo unas pinceladas desgarrantes y una paleta de colores brillantes, gamas de ocres y acrílicos u oleos plasmados con grosor; una factura que define su personalidad carismática y elegante.
Sus referentes son Jenny Saville, Francis Bacon y Lucian Freud, especialmente sobre este último se puede ver una especial conexión en relación a la mezcla de los colores de la carne y a la frescura de la pincelada. Es importante destacar, en la obra de Cedròs, la profundidad psicológica de sus retratos; sentimos frente a ellos cierta familiaridad con las personas retratadas, eso se debe a la calidez de la representación y a la atención que presta a sus modelos, una atención que rebasa las meras formas para indagar en el alma de la persona que pinta.
La obra de esta artista nos trasporta a un lugar entre el optimismo impresionista y el escondido gusto por lo pagano y grotesco de los expresionistas como Munch. Maite tiene un dominio impecable del color en sus trazos de agresiva vitalidad. En sus retratos y figuras se observan las expresiones oscuras escondidas en la belleza. Actualmente pinta sin influencias académicas dejando atrás aquellos referentes.
Libre cada mañana, en el caballete de su cocina se sumerge en sus paisajes, pintando sus recientes obras de máximo esplendor. Y sus retratos pierden realismo con un trazo desdibujado, tiemblan como si quisieran desintegrarse para formar parte del espacio.