Sobre mis pasos
Por : Margarita Yarmats
Ricard Camprodon
El 29 de Junio inaugurará una de sus exposiciones personales más significativas el escultor Dogny Abreu (Cuba, 1976).
Veinte esculturas realizadas en madera y 8 dibujos de gran formato forman un diálogo, una reflexión sobre los sueños, el paso del tiempo y el destino.
La exposición irá acompañada de 10 fotografías de Ton Gasull que retratan el proceso de realización de la obra.
… Tez bronceada, cabello azabache, grandes ojos risueños; un hombre jovial, desbordante de vitalidad…
Dogny Abreu es de familia criolla y su formación en arte es puramente autodidacta. A ella ha ido asimilando la cultura artística contemporánea.
Un hondo sentimiento de Naturaleza alimenta toda su obra, que es como su propia vida, franca, sensible, honesta, movilizando una fuerza que puede parecernos nueva, la sencillez.
Dogny Abreu es un visionario, imagina una obra y no necesita dibujarla, en realidad es su mente la que esculpe, donde desarrolla la fase analítica de cada creación, pasando directamente a la síntesis de la obra al tomar contacto con la materia. Dogny Abreu no tiene conocimientos, conoce; y al igual que repetía Picasso, podemos decir que “no busca, encuentra”.
Aproximación a la obra
Su temperamento sabe hallar los acentos justos en la búsqueda de lo esencial, huye de la anécdota, y su obra está tan alejada de ella como cualquier escultura de Fidias o cualquier preludio de Juan Sebastián Bach, por ello sus esculturas desprenden un halo de belleza, belleza que no amaga ningún equívoco disfraz porqué es proporción, armonía y sentimiento. Dogny Abreu no ha recibido la herencia de nadie y, a la vez es heredero de las lógicas influencias de su perimundo, las cuales ha absorbido e incorporado a su ordenador mental, asimilando subliminalmente los conceptos de su interés. Quizás ahí podemos aplicar lo que expresaba Borges: “ Yo no copio a nadie. He leído mucho y lo que he leído lo hago mío”. El resultado es una obra con vitalidad, fresca, que resume la comunión del hombre con su entorno; en ella se aprecia la total entrega del artista al sentimiento escultórico, incluso puede apreciarse un cierto grado de ingenuidad, de inocencia, sea en las figuraciones o en aquellas que no reproducen ningún elemento reconocible. Si Jean Cocteau denominaba “música blanca” a la que por su sabia sencillez consideraba música pura, despojada de todo misterio, bien podríamos llamar a la obra de Dogny Abreu “escultura blanca”.
Su obra es una verdad que quien la conoce no puede ponerla en duda, como tampoco hay duda en que su futuro se escribirá con mayúsculas.
Ricard Camprodon
Como resultado de gran amistad, admiración y colaboración nació la idea de publicación del primer libro sobre la trayectoria artística de Dogny Abreu “Sobre mis pasos” con fotografía de Ton Gasull, textos de Marta Balada y la introducción de Ricard Camprodon. El libro se presentará en la inauguración de la exposición.