Francisco Javier Bernal Pérez
Francisco Javier Bernal Pérez (Bernal), nació en Camagüey, Cuba, el 4 de junio del año 1959. Realmente no comenzó con las artes plásticas. Sin darse cuenta antes de los 8 años vio en sus manos un violín… herencia musical de su familia… y entró en el Conservatorio y la Escuela de Arte, sobre todo por la insistencia de su abuela, pero con la carencia de talento y lo aburrido de los primeros cursos, demostró su verdadera vocación al pintar, o barnizar ese violín.
Después de alzar la mano cuando captaban a futuros Camilitos (fuerzas armadas infantiles), y sentir como su profesora se apresuraba a bajarle el brazo, en segundos, pudo ver como podía ser su futuro; realmente lo vio en su amigo Elio que se sentaba a su lado, y que seguramente ahora será coronel del ejército.
Ya desde entonces se despertó su vocación y comenzó a participar en concursos, exposiciones y festivales de artes plásticas. Concursos como el que ganó en la librería de Camagüey, donde nunca recogió el premio (por vergüenza). Pudo ver expuesta la obra en el escaparate siempre que pasaba por allí, pero nunca entró. También un primer premio en la Exposición de la bodega (supermercado) “La Zambrana”, donde su entusiasta administrador organizaba exposiciones entre sacos de arroz, azúcar y todo lo que había en ese momento, o al Festival de Artes Plásticas en Santiago de Cuba, donde por primera vez vio un linotipo, o impresora manual de documentos y quedó fascinado.
En sus primeros años adolescentes vivió en Camagüey, una ciudad sin mar, de grandes llanuras, plazas e iglesias, y mucha actividad cultural, creció en un ambiente cultural envidiable, entró a la Escuela Provincial de Arte de Camagüey estudiando consecutivamente tres años Artes Plásticas de nivel elemental, pasando 4 años en la Escuela Nacional de Artes y 5 más en el Instituto Superior de Arte de La Habana, en la especialidad de Grabado, en total 14 años, siempre relacionado con los amigos de las Escuelas de ballet, música, y teatro, con los que convivía, donde se hacía cotidiano cualquier forma de creación.
Durante su etapa de estudiante de Bellas Artes, ya comenzó a participar en diferentes exposiciones y concursos, ganando premios y menciones.
Siempre sintió una gran atracción por la naturaleza y sus cambios; como todo isleño, formó parte del espectáculo que da casi sin predicción el tiempo de Cuba, desde los aguaceros, con goterones como piedras, la inundación de las calles convertidas en grandes pistas para el juego, con truenos y rayos, que solo estaban de fondo musical en un imperceptible cambio del tiempo. Todo esto influyó en su atracción por las imágenes que veía diariamente en los partes meteorológicos de la televisión, descubriendo en ellas una nueva visión del paisaje, versionando las fotografías del satélite en sus grabados y pinturas.
Desde el año 1983, comenzó a trabajar en el taller de Serigrafía del Fondo Cubano de Bienes Culturales, que en aquel momento se inauguraba (después convertido en Taller de Serigrafía René Portocarrero), allí pasó más de 10 años trabajando en todos sus departamentos, desde limpiar pantallas, hasta ser su director; uno de los mejores crisoles de la creación del arte en la Isla, donde coincidió con muchos de los artistas más importantes de Cuba y del Mundo. Allí imprimió la obra de muchos artistas y parte de sus primeras serigrafías, así como su tesis de graduación del Instituto Superior de Arte: el libro objeto “Hacia el Huracán”, con forma triangular y modular, que le supuso la máxima calificación con felicitaciones.Con el Instituto de Meteorología de Cuba, tuvo un gran vínculo, y le facilitaron mucha información gráfica sobre el tema meteorológico, realizó en esa época una exposición personal, “Temporáneo”, en la majestuosa sede de la Academia de Ciencias de Cuba (El Capitolio de La Habana). Y al mismo tiempo que les donó parte de su obra sobre el tema, le nombraron “Miembro Emérito del Instituto de Meteorología Cubano”.
En estos años, comenzó a viajar de comisario de exposiciones y a ferias, con obras del arte cubano, a Polonia, Alemania y República Checa.
En el año 1988, se creó en Barcelona, el taller René Portocarrero ll. Donde estuvo un año imprimiendo la obra de artistas españoles.
Ya a partir del año 1990, pasó a ser asesor del taller de serigrafía, y realizó en Cienfuegos la exposición “Erosión”, y en el 1991 una gran exposición con la inauguración de la restauración del Castillo del Morro, “Erosión ll”, inaugurada por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal. Ya en el año 1992, en el mismo castillo, le encargaron un proyecto para ambientar la sala de música de cámara, “Casamata de Austria”.
En estos años fue también profesor del Instituto Superior de Diseño de La Habana, y jurado en varios concursos de Artes Plásticas, de Camagüey, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila y Cienfuegos, asesorando también a diferentes talleres de grabado en las provincias.
En el año 1992 le concedieron una beca para realizar su obra en los talleres S’hort de Mallorca, donde creó un taller de Serigrafía y pasó un año pintando nuevas obras con el tema mallorquín. Expone en Palma de Mallorca “Erosió”, con las obras realizadas allí. También en esos años un coleccionista neoyorquino, compró un lote de sus obras que fueron subastándose en Christie’s de Nueva York.
Después de alzar la mano cuando captaban a futuros Camilitos (fuerzas armadas infantiles), y sentir como su profesora se apresuraba a bajarle el brazo, en segundos, pudo ver como podía ser su futuro; realmente lo vio en su amigo Elio que se sentaba a su lado, y que seguramente ahora será coronel del ejército.
Ya desde entonces se despertó su vocación y comenzó a participar en concursos, exposiciones y festivales de artes plásticas. Concursos como el que ganó en la librería de Camagüey, donde nunca recogió el premio (por vergüenza). Pudo ver expuesta la obra en el escaparate siempre que pasaba por allí, pero nunca entró. También un primer premio en la Exposición de la bodega (supermercado) “La Zambrana”, donde su entusiasta administrador organizaba exposiciones entre sacos de arroz, azúcar y todo lo que había en ese momento, o al Festival de Artes Plásticas en Santiago de Cuba, donde por primera vez vio un linotipo, o impresora manual de documentos y quedó fascinado.
En sus primeros años adolescentes vivió en Camagüey, una ciudad sin mar, de grandes llanuras, plazas e iglesias, y mucha actividad cultural, creció en un ambiente cultural envidiable, entró a la Escuela Provincial de Arte de Camagüey estudiando consecutivamente tres años Artes Plásticas de nivel elemental, pasando 4 años en la Escuela Nacional de Artes y 5 más en el Instituto Superior de Arte de La Habana, en la especialidad de Grabado, en total 14 años, siempre relacionado con los amigos de las Escuelas de ballet, música, y teatro, con los que convivía, donde se hacía cotidiano cualquier forma de creación.
Durante su etapa de estudiante de Bellas Artes, ya comenzó a participar en diferentes exposiciones y concursos, ganando premios y menciones.
Siempre sintió una gran atracción por la naturaleza y sus cambios; como todo isleño, formó parte del espectáculo que da casi sin predicción el tiempo de Cuba, desde los aguaceros, con goterones como piedras, la inundación de las calles convertidas en grandes pistas para el juego, con truenos y rayos, que solo estaban de fondo musical en un imperceptible cambio del tiempo. Todo esto influyó en su atracción por las imágenes que veía diariamente en los partes meteorológicos de la televisión, descubriendo en ellas una nueva visión del paisaje, versionando las fotografías del satélite en sus grabados y pinturas.
Desde el año 1983, comenzó a trabajar en el taller de Serigrafía del Fondo Cubano de Bienes Culturales, que en aquel momento se inauguraba (después convertido en Taller de Serigrafía René Portocarrero), allí pasó más de 10 años trabajando en todos sus departamentos, desde limpiar pantallas, hasta ser su director; uno de los mejores crisoles de la creación del arte en la Isla, donde coincidió con muchos de los artistas más importantes de Cuba y del Mundo. Allí imprimió la obra de muchos artistas y parte de sus primeras serigrafías, así como su tesis de graduación del Instituto Superior de Arte: el libro objeto “Hacia el Huracán”, con forma triangular y modular, que le supuso la máxima calificación con felicitaciones.Con el Instituto de Meteorología de Cuba, tuvo un gran vínculo, y le facilitaron mucha información gráfica sobre el tema meteorológico, realizó en esa época una exposición personal, “Temporáneo”, en la majestuosa sede de la Academia de Ciencias de Cuba (El Capitolio de La Habana). Y al mismo tiempo que les donó parte de su obra sobre el tema, le nombraron “Miembro Emérito del Instituto de Meteorología Cubano”.
En estos años, comenzó a viajar de comisario de exposiciones y a ferias, con obras del arte cubano, a Polonia, Alemania y República Checa.
En el año 1988, se creó en Barcelona, el taller René Portocarrero ll. Donde estuvo un año imprimiendo la obra de artistas españoles.
Ya a partir del año 1990, pasó a ser asesor del taller de serigrafía, y realizó en Cienfuegos la exposición “Erosión”, y en el 1991 una gran exposición con la inauguración de la restauración del Castillo del Morro, “Erosión ll”, inaugurada por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal. Ya en el año 1992, en el mismo castillo, le encargaron un proyecto para ambientar la sala de música de cámara, “Casamata de Austria”.
En estos años fue también profesor del Instituto Superior de Diseño de La Habana, y jurado en varios concursos de Artes Plásticas, de Camagüey, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila y Cienfuegos, asesorando también a diferentes talleres de grabado en las provincias.
En el año 1992 le concedieron una beca para realizar su obra en los talleres S’hort de Mallorca, donde creó un taller de Serigrafía y pasó un año pintando nuevas obras con el tema mallorquín. Expone en Palma de Mallorca “Erosió”, con las obras realizadas allí. También en esos años un coleccionista neoyorquino, compró un lote de sus obras que fueron subastándose en Christie’s de Nueva York.
En el 1993, comenzó a trabajar en el taller Serie Gráfica de Madrid como director. Y ya en el año 1994 fundó su propio taller en Madrid, con el mínimo de recursos, construido con bastidores de maderas con bisagras de puertas, una bañera y mesa para insolar con tubos fluorescentes, casi todo recogido de los contenedores de basura, de esta forma, e imprimiendo manualmente la obra de muchos artistas importantes.
En el año 1998 viajó a Cuba con la Exposición “Orín” en la galería “La Acacia” con algunas obras pintadas en España.
Su Taller de Serigrafía en Madrid fue creciendo hasta convertirse en la empresa Bernal Estampa Artística S.L, y gracias a muchos encargos fue aumentando la producción, por lo que pudo renovarlo con la mejor tecnología del mercado, comprando nuevas máquinas de serigrafía automáticas, insoladoras, tórculo para calcografía e impresoras digitales para realizar las ediciones artísticas (giclée). Así, cambiando a diferentes locales, pasó de los 20 m2 del principio, a una nave de 500 m2. y con una Galería de Arte “Cuba 513”donde principalmente promovía el arte cubano.
Paralelo a su trabajo como empresario, fue realizando su obra, que se fue enriqueciendo con los viajes a diversos pueblos de España, Francia, e Italia. Y en la medida que se lo permitió su empresa, le invitaron a impartir cursos en Alcalá la Real, La Fundación Miró de Mallorca, y en conferencias como la de la Fundación Gabarrón, donándoles ejemplares de su colección Estampa Cubana.
Fue participando en diferentes ferias de grabado, eventos y exposiciones, como la que tuvo lugar en el año 2008 en Abu Dabi.
Empeñado en actualizarse tecnológicamente, produciendo ediciones de la mayor calidad, amparado por su larga experiencia, pasa unos años de experimentación.
En la actualidad está creando una serie de obras, que se basan en el siguiente concepto, que queda patente en sus propias palabras:
“El tiempo es Oro”
“Muchas veces pensamos en recuperar el tiempo perdido, o poder revivir los momentos en que no pudimos hacer lo que deseábamos.
Con esta serie de obras, trato de tornar la mirada para continuar con algunas ideas dejadas en “el tintero”, para consolidar y unir algunas de las fórmulas que usé en mis primeras series y exposiciones. Un largo recorrido que comenzó con mi obsesión por el tiempo atmosférico, con la abstracción de las fotografías satélite, pasando por temporales, pronósticos, huracanes, la erosión y el óxido…
Camino lleno de todos los recursos que me podían aportar los diferentes medios de expresión, con el mínimo de recursos materiales, por lo que algunas ideas nunca se pudieron manifestar y otras solo en algunas planchas de grabado con pocos ejemplares impresos o sin imprimir. Este escaso despliegue, convirtió mi obra en la mezcla de un caos de fondos abstractos, con la coherencia de objetos con tratamiento realista (CAUSAS-huracán & EFECTOS-ocasionados por éste). Con toda intención estaba tratando de dar la impresión, de que la obra estaba realizada por dos artistas que se expresan de una forma muy diferente, tratando de unir en una única obra, estos estilos tan disonantes. La sombra de los objetos se proyectaba sobre el fondo abstracto y así se creaba un único escenario visual.
La escultura también se desarrolló en la misma dirección, así barcas destruidas, pilotes de cemento, hierro o madera, recogidos de la orilla del mar, tomaron protagonismo al ser empleados como “primer objeto” dentro de una instalación con bases cubiertas de arena y las sombras de los objetos pintadas.
La abstracción y el realismo no me interesan por sí solos como un medio de expresión, pero si la fusión que creo entre ellos.
En la actualidad con todos los medios a mi alcance, trato de sintetizar toda la experiencia, creando una obra donde se mantiene la constante mezcla de todos las técnicas de expresión, desmontando sus fronteras, así la pintura, el grabado, la escultura, fotografía, la tecnología, etc., se unen en una sola obra.
Rescato uno de tantos objetos afectados por el tiempo e ignorados por los transeúntes, invisibles para todos, y lo convierto en el principal foco de atención de la obra, cerrándose así un ciclo casi “mágico” de reciclaje, resurrección y nuevo propósito, para volver a captar el interés del observador en el reencuentro; cada objeto usado contiene una historia conocida o secreta, trataré de contribuir a su descifrado”.
hermano, revisando estos materiales pude dar contigo, estoy muy contento , de encontrarte y saber que triufastes, saludos aca me encontre con tu hermano menor