Desde este espacio podemos presentar a Bibiana Cervantes como una artista peculiarmente insólita a nuestros lectores. Ya desde niña y creciendo rodeada de gente “poco convencional” se decidió por el arte, le fascinaban los estudios de los artistas y la gente que se salía del libreto; vivió en muchas casas y estudió en muchos colegios y el estar expuesta a tantos cambios la volvió creativa para poder “encajar” en cada situación; cuando estaba sola siempre estaba creando objetos, pintando, coloreando y hasta cantando y componiendo canciones, pero después se dio cuenta de que para músico o cantante no servía y de forma espontánea empezó a pintar, completando más tarde su formación asistiendo a clases y talleres de arte donde practicó diferentes expresiones artísticas: pintura, escultura, fotografía…, por lo cual se define eminentemente como una artista visual. Bibiana, tras licenciarse en comunicación social y periodismo trabajó en televisión, pero hace ya 12 años que decidió dedicar todo su tiempo a su familia y al arte de forma professional, pues descubrió que el arte como manifestación del alma era camino de libertad, y sintiéndose libre era feliz; le seduce la idea de crear o recrear, sin límites ni reglas. Reconoce que su inspiración es como un arrebato íntimo, como una voz interior que le dice que hacer y que además va cambiando la orden a medida que va sucediendo la obra; muchas cosas la inspiran, pero al final todas son pretextos para sacar lo que lleva dentro. Algunas de sus obras arrastran una carga social, como la que dedicó a su pueblo natal, Armero en Colombia, que desapareció tras la explosión de un volcán en 1985; o, como desahogo e impotencia, la referida a la matanza de Stoneman Douglas High school, en Parkland Florida, USA. Es consciente de que su obra conlleva multitud de significados, además de un número ilimitado de interpretaciones que cada espectador le da. Engloba esta dentro de las corrientes del abstraccionismo y del expresionismo, sin embargo es muy variante y no se define en nada concreto. De la misma forma que muchos artistas han influido en sus creaciones, como actualmente el alemán Richard Richter, le gusta experimentar con técnicas y materiales, explorar con el collage o las técnicas mixtas por ejemplo. Actualmente Bibiana expone en salas de tipología muy variada y reconoce que se mueve en un mundo muy limitado, concretamente el de Miami, de raices muy latinas y específicamente cubanas. Las exposiciones son para ella la oportunidad de mostrar y compartir su trabajo artístico; son una forma directa de recibir retroalimentación por parte del espectador. También son la oportunidad de celebrar el trabajo artístico y de apoyar a los colegas. Nos confiesa: “De mis obras espero sean reflejo de mis procesos mentales, psicológicos, espirituales y de mi evolución en cuanto a la técnica para poder expresar con mayor plasticidad el dictamen de mi alma”. La artista nos manifiesta que en la época en la que vivimos también el arte, como todo, se ha supeditado a la moda, pero la moda es solo eso: Lo que más gusta en ese momento; es interesante cuando el arte supera la moda. Bibiana nos dice: “Si se crea a partir de lo que está de moda, a mi forma de ver, pierde valor. La creación artística la concibo de adentro hacia afuera. Si lo que el artista exterioriza se vuelve una moda me parece fabuloso, pero si un artista copia lo que está de moda me parece falto de originalidad”. Ante esto su mayor reto es seguir trabajando, seguir explorando hasta que pueda decir que su paso por este planeta no fue en vano.