Bellas Artes
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Lo geométrico en el arte ha estado presente desde la antigüedad. Basta una breve mirada a las decoraciones de los antiguos templos y constatamos que la abstracción, incluso la más racional, no es cosa del siglo XX; ha estado presente desde tiempos arcaicos y se ha vinculado con la matemática a través del uso de números, simetrías y proporciones. Se ha demostrado que la geometría desempeña un papel importante en el análisis de cualquier obra de arte, pero hay una zona de la pintura que se centra en ella, y ese es el caso de la obra que hoy ostenta nuestra contraportada, pieza que a simple vista se puede ver que pertenece al artista barcelonés Blai Catafal Pratginestós.
Como casi todas sus obras L’ estrella tridimensional contiene una laboriosidad que patentiza el estado meditativo que se necesita para su construcción. No se pudiera realizar una obra así, sin disciplina, sin calma, sin dedicación. En otra ocasión se comparó su trabajo con los mandalas tibetanos. La palabra tibetana para mandala, kyilkor quiere decir «aquello que circula un centro», es decir, que va alrededor de un centro. Y eso es también lo que ocurre con las líneas que arman esta estrella y el juego circular y óptico que despliegan las intersecciones de las franjas negras en su interior. •
El autor siempre nos dice: «El meu millor dibuix encara està per arribar» («Mi mejor dibujo aún está por llegar») y seguramente tiene razón porque el artista nunca ha de conformarse, pero estamos sin lugar a dudas frente a una pieza muy bien lograda, capaz de producir en nuestra percepción efectos visuales inéditos. Un dibujo representativo de su constante y coherente trabajo.
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