GIORGIO DE CHIRICO
GIORGIO DE CHIRICO
(Volos-Grecia-,1888/Roma, 1978)
Inquietante, polémica, transgresora, enigmática, cambiante. Así es la personalidad de Giorgio de Chirico, pintor italiano nacido en la provincia griega de Tesalia. Tanto su vida como su obra nos cuentan la historia de un largo viaje: de una ciudad a otra, del pasado al presente, de la pintura a la arquitectura, del cielo a la tierra, del arte a la filosofía. De Chirico, es el creador de la llamada Pintura Metafísica; sus lienzos están impregnados de un profundo sentido trascendente, sentido que entronca directamente con la pintura simbolista del suizo Arnold Böcklin.
De Chirico pasará a la posteridad como un inventor de ciudades que nada tienen que ver con el bullicio, los contrastes y el ímpetu de las metrópolis futuristas. Son urbes intemporales, desconcertantes, casi silenciosas. Perpetuas y cambiantes al tiempo; urbes que esconden un profundo enigma al espectador.Paisajes desolados y apocalípticos que, a pesar de entrañar un importante matiz de irrealidad, encuentran su esencia en la intensa atracción que el artista sintió por ciudades italianas como Florencia, Ferrara, Roma y Turín, así como por Munich, Paris o Nueva York. Sus lienzos se llenan de plazas al estilo renacentista, de columnatas griegas, de torres de alturas eternas… y la gama cromática empleada, de matices terrosos, acentúa aun más ese matiz de irrealidad.
Pero no todo es arquitectura en la obra de Giorgio de Chirico: como si de un escenario se tratase, el pintor va a poblar estos espacios de una multitud de objetos y personajes peculiares, de entre los que destacan los maniquís, trasunto del hombre-autómata moderno, y las sombras, inquietante símbolo del destino humano.
A través de toda esta compleja escenografía teatral, de Chirico, casi sin darse cuenta, anticipa muchos de los movimientos arquitectónicos modernos. Arquitectos como Adalberto Libera, Marcello Piacentini, Giovanni Muzio, Gino Pollini o Aldo Rossi son autores de edificios cuyos orígenes entroncan con estas ciudades del pensamiento, casi de ensueño, como son las urbes del universo chiriquiano. Del universo del lienzo se trasciende al universo de la tierra.
Modelo a seguir por los surrealistas, quienes han llegado a integrarlo en su grupo a finales de la década de los años veinte, de Chirico da un brusco giro a su obra artística, decantándose por un academicismo de dudosa calidad y que le ha valido más de una crítica. Sin embargo, esta variación de estilo no logrará empañar una obra que ha sido y es referente para multitud de artistas.
SABELA FERNÁN