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Bellas artes

Yoanny Aldaya: el cuerpo fotografiado

Por: Yenny Hernández Valdés

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01:51

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La producción fotográfica que toma lo corporal como núcleo discursivo y estético a partir de los años 2000 en Cuba, se sustenta sobre una expresividad y mutabilidad riquísimas. Los fotógrafos cubanos han apostado por una visión del cuerpo en tanto reflejo de componentes sociales, políticos y culturales intrínsecos a las diversas sociedades que conforman la dinámica existencial del hombre. Precisamente, Yoanny Aldaya (La Habana, 1984) forma parte de esa hornada de fotógrafos cubanos de las dos primeras décadas del siglo XXI con una constancia notable y un gusto exquisito por el tratamiento fotográfico del cuerpo. Este artista toma su propia corporalidad cual estrategia operacional y discursiva asumiendo múltiples posturas, seduciendo y/o inquietando desde una estética ácida en visualidad, donde nada es gratuito y donde todo se torna incisivo a la vista.

Asimismo, Yoanny Aldaya es un fotógrafo que recurre a la autorrepresentación en sus propuestas cual metáfora que pareciera responder a una suerte de exorcismo cuestionador sobre ideas que encuentran su matriz en el devenir de la sociedad: dígase cuestionamientos de índole social y profesional, carencias espirituales y materiales del sujeto actual, lo pantanoso de las relaciones humanas, el egoísmo, el miedo, la incertidumbre y la crítica punzante hacia y sobre determinados contextos sociales. 

El cuerpo –su cuerpo– resulta para Yoanny Aldaya el recurso idóneo para proyectar desde la fotografía sus inquietudes y controversias, y lo hace desde una operatoria para nada complaciente –ni desde lo visual ni desde lo ontológico–. Sus fotografías parecieran mostrarnos el momento justo, como en pausa, de un acto performático. Y es que cada ataviado, cada recurso compositivo, cada halo de luz y de oscuridad, está exquisitamente pensado. Este artista forma parte de esos fotógrafos cubanos de los 2000 que asumieron la fotografía de estudio en la que todo responde milimétricamente a una suerte de guión técnico, aunque sin abandonar la clave documental cual base de su trayectoria en la fotografía. 

Yoanny Aldaya nos ofrece desde el cuerpo y sus proyecciones, con evidente matriz teatral, su visión sobre la esencia caleidoscópica del sujeto en sociedad. Incluso, y como saldo rico de su lenguaje, no aboga solo por el cuerpo en su dimensión integral; también asume la fragmentación, el detalle, la sugerencia de este para su propuesta creativa. Es el cuerpo el núcleo aglutinador de sus percepciones. Nos sitúa entonces ante el cuerpo en sus transparencias, mutilaciones, disipaciones, ambiguo o directo, muerto o resignificado, solitario o incluso acompañado de objetos y en menor medida de otros cuerpos.

En esencia, la fotografía del cuerpo de Yoanny Aldaya es provocadora y reaccionaria, trastorna y excita; no empalaga ni se somete, sino que cuestiona, satiriza y, sobre todo, se convierte en un llamado de atención que nos pone a pensar desde la mortificación y la crudeza de la verdad pensada y proyectada desde el cuerpo y la fotografía. En ese sentido, me aventuro a correlacionar lo simbólico que encuentro entre la obra fotográfica del cuerpo de Yoanny Aldaya y Roland Barthes cuando afirmó: «…siento que la fotografía crea mi cuerpo o lo mortifica, según su capricho».  

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