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BELLAS ARTES

SI USTED NO SE ENTERA NO TIENE LA CULPA

Obras: Yasser Curbelo

Por: Gregorio Vigil-Escalera

01:38

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No hablamos de historicidad, no es preciso tal cosa, pero sí el referirnos a unas concepciones antiguas que ya no sirven en el presente: ni la representación, ni la búsqueda de la belleza, ni la exploración de la forma. Ahora, por tanto, no es el momento de definirse a través de estilos, contenidos, temáticas o fines. Ahora es la ocasión de dialogar y ver —o tratar de hacerlo— con lo relacional, situacional o contextual, hasta llegar a la transfiguración (Danto). 

No cabe duda, si estamos atentos, de que el papel en el que se inscriben tales teorías es una virgen trapisondista que lo puede todo, incluso santificar lo pútrido —está más que comprobado—. Por consiguiente, la nueva filosofía del arte —y que a nadie se le ocurra llevar la contraria— invoca la apropiación, la reubicación, la reconfiguración, la mentira, el desmentido, a la vez que simula, disimula, redefine, caga, mea y añade más y mejor impostura que el vete.

No hay que tocar ni tener habilidad técnica, ni poner manos físicamente sobre la materia para que a través del proceso de su complejidad se haga obra. «Reivindico el arte como pensamiento (idea y proceso frente a la habilidad manual) decía Dan Flavin, por eso resulta para mí fundamental no ensuciarme las manos» (debe ser esto último lo más importante). Mauricio Cattelan, el italiano, remachaba tal tesis afirmando que él no dibujaba ni pintaba, ni siquiera tocaba jamás sus obras (¡menudo trabajo!). Es más, el arte per se ya no tiene necesidad de un objeto concreto. Bastan conceptos, palabras, gestos, frases, pensamientos, etc.

En conclusión, a partir de ahora se acabaron las respuestas, arreglense con las preguntas, pues tampoco nuestros insignes entendidos van a hacerlo todo ellos, ya que están para dedicarse a tareas más peliagudas.

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