Dibujos

ODALYS HERNÁNDEZ

Literatura ARTEPOLI

Por: Gino Ginoris

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02:00

Tiempo de lectura

Si el dibujo minucioso y casi obsesivamente perfecto es el refugio de la autora, la poesía es el medio que utiliza para regalarnos en verso lo que el pincel no nos deja llegar a descubrir de su existencia.

Odalys Hernández edifica sus libros desde esa cosmovisión artística que ha creado a partir de su experiencia como artista y como mujer. Acá cada poema es una conversación íntima con el lector en donde este se verá reflejado con sus eternas preguntas, sus miedos y esa necesidad de estar pisando terreno firme en las más disímiles escenas que le ofrezca la vida.

Las respuestas, las curas y el sentido de calma llegarán cada uno en su momento y este libro es una calle pavimentada de verdad que nos conduce, irremediablemente, al descubrimiento de nosotros como seres pensantes. ■

Nadie se atreve a decir que existo

No niego mis pesares
ni la locura austera
notoria es la certeza
mágica presencia del ser
que no deja ver
y el silencio te desnuda.

Nadie se atreve a decir que existo
nadie expresa sus creencias
el miedo nubla las palabras
temblor recién nacido
que quiebra mi garganta.

Túnica blanca de seda
roza mis piernas
estremece con cautela
mis pies descalzos.

No niego mis pesares
ni mi locura austera
ni cuando descifro signos
que traducen lo invisible
esa fuerza que penetra dentro
que sujeta el agua
las raíces del tiempo
y mi magia blanca.

Donde medita el silencio

Mis manos se extienden a la vida
llevada por el sueño
cada intención que el alma
inspira en la intimidad
como el duende sobre dormido
a la intemperie
transfigurando con su aliento
la sombra desposeída
de identidad.

Doy fe a tanto vuelo del pasado
misterio iniciático
sabia entrega de lo imposible
a lo divino
en esta otra historia
en que el cuerpo no habita la mente
y la mente se dispersa en el espacio
más allá de lo sublime
en la cúspide de las montañas
donde medita el silencio
donde sonrío suave
y la hierba me crece en las entrañas
la tierra se inserta en mi ser
los pensamientos eternos se agudizan
cuando mis manos
se extienden a la vida.

Dibujo el aire

Dibujo el aire en cada instante
en tu mirada Maestro
el sostén de tus pies
en tus alas
majestuoso paraje
donde descansan tus manos
cuando dibujo el aire.

Dibujé el aire bajo el almendro
sin despreciar el milagro
eterna búsqueda del nirvana
en las calles sombrías
en farolas dispersas
en tu cara.

Dibujo el aire ahora mismo
y mis manos se agigantan
poseídas por el fuego
que se empeña en quemarlas
en la arena dibujé el aire
incluso en las aguas
en los pensamientos que me llegan
cuando no dicen nada.

Dibujé el aire a destajo
con pinceles
con palabras.

Leve temblor

Desdoblarse y sentir
que se aferra el viento eterno
y carga con este peso de derrame
que destila la fe en los instintos.
El paso de la vida
puliendo cada sensación
como si los segundos se fueran
en un suspiro.

Contrariada
transito despacio
con leve temblor
me acerco a tus manos
y tus dedos dibujan la soledad
en lo apacible de este instante
cuando aún no amanece.

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