LA RELATIVIDAD DE LOS LÍMITES

Por: Ángel Alonso

La obra de Regis Soler

Me atrevo a decir que la obra de Regis Soler investiga, en busca de un saludable balance entre fuerzas aparentemente contrarias, la relatividad de las fronteras; percibo en su discurso plástico el cuestionamiento de los límites, sus piezas se mueven precisamente entre las demarcaciones y la infinitud. Veo fronteras de todo tipo y por todas partes, diversas clases de contornos que contrastan o se difuminan dependiendo de los objetivos de cada pieza.

La frontera entre los conceptos naturaleza y cultura, la frontera entre las diferentes cargas sígnicas que emanan de diversos materiales, lo denso y lo volátil, lo físico y lo espiritual… En estas oposiciones el artista encuentra el equilibrio, es una obra de conciliación, de asimilación de los opuestos. Por eso la palabra equilibrio aparece en varios de sus títulos, porque lo que se busca es la armonía de los contrarios, aquella continuidad entre los opuestos de la que hablaba el Kybalión cuando decía que el frío y el calor es lo mismo en el fondo (salvo su diferencia de grados y nuestra percepción).

Parece discursar también sobre las difusas barreras entre las diversas manifestaciones artísticas. En muchas de sus instalaciones comparte el dibujo sobre un plano con elementos tridimensionales. Hay incluso una zona de su producción en la que confluyen elementos de la pintura y de la escultura casi en iguales proporciones, porque son esculturas construidas para ser miradas de frente, como si fuesen cuadros, esculturas en las que el color puede jugar un papel tan determinante o más que el volumen. Se puede sentir en ellas el espíritu de un Mondrian, por ejemplo, cuando un fragmento de rostro humano es cortado, visualmente, por un contrastante plano. ¿Son acaso una reflexión sobre nuestra sensación de estar incompletos sus figuras truncas?

Sus intervenciones en el espacio arquitectónico, otra área en la que acciona, suelen contener también esta mezcla de recursos, esta combinación de elementos planos con objetos volumétricos. Se trata de una mixtura muy bien pensada en la que lejos de yuxtaponerse arbitrariamente los elementos se compensan; hay un cuidado, una mesura, para no pasarse, para que no quede nada fuera de la cohesionada estructura.

El atrevimiento de aproximar diferentes lenguajes, aparentemente incompatibles, está controlado por el cuidado de colocar cada volumen y cada color en la posición exacta. El inquieto ojo del creador, más allá del impulso intuitivo, contiene un piloto regulador capaz de detectar a tiempo cualquier elemento disonante. Armonía por contraste a veces, armonía por analogía en otras ocasiones… pero siempre armonía. La tensión espacial amarra los elementos de estas formas aparentemente inconexas, los espacios bien planos contrapesan las zonas más trabajadas, que sin llegar a ser barrocas capturan la observación más detenida del espectador.

enseñanza
Bendita enseñanza / Madera patinada, cuerda / 45 x 110 x 80 cm. / 2001

Otro tipo de frontera que se investiga en esta obra es la de la figuración con la abstracción, oposición ambigua y artificial si reflexionamos un poco y nos damos cuenta de que cualquier detalle -pequeño o no tan pequeño- de un cuadro figurativo se vuelve abstracto, de que cualquier figuración está construida a base de formas abstractas, geométricas, calculadas. Aquí vemos elementos abstractos en contraste con figuras reconocibles, las figuras cargan de significado a las áreas abstractas de la obra y a la vez se contaminan con la infinitud simbólica de los elementos abstractos. Las obras de este artista juegan, en ocasiones, con la apariencia de lo inconcluso y ese es un aspecto que les da mucha vitalidad.

En su último proyecto -elaborado junto a su esposa Lourdes Chong- titulado El momento observado se interpretan los hexagramas del I Ching. No podía ser más adecuada a su obra la interpretación del Libro de las mutaciones, que como bien asevera Lourdes «…más que un libro oracular, es un libro único en varios sentidos: es ciencia, religión, poesía, política, filosofía, sociología y arte. Y su fuente de sabiduría consiste en lograr la armonía del individuo con el cambiante fluir de la vida y sus manifestaciones.»

La seriedad de este creador, su autenticidad y fidelidad a sí mismo, le han permitido madurar de manera segura y tranquila. Pertenece a una importante generación que revolucionó el arte cubano, pero nunca se ha desviado de lo que sinceramente hace, nunca se ha extraviado tras las tendenciosas modas de su primera juventud. Él siguió su propio camino, no lo sacudió el bad painting, ni la transvanguardia, ni los post– esto o los neo-lo otro. Hace arte contemporáneo, claro, porque todo arte que se realiza es contemporáneo a su propio tiempo, pero su entrega es al Arte sin apellidos.

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