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ARTE Y PODER

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arte y poder

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Por: Jaume Muelas – pagina 24

El Museo Picasso de Barcelona ha realizado la exposición «Cubismo y guerra» que refleja como los artistas cubistas durante la Gran Guerra del 14 continuaron en París, profundizando y evolucionando el cubismo, en sus formas y contenidos al margen de las dramáticas consecuencias que se vivían apenas a cien kilómetros de París.

La exposición Cubismo y guerra reúne más de 80 obras de Picasso, Juan Gris, Diego Ribera, Georges Braque, Henri Matisse, Fernand Léger María Blanchard o Gino Severini. Es una muestra excelente del arte cubista y es admirable la colección de obras que en las salas del Museo dialogan y se enriquecen unas a otras. Una delicia poderlas contemplar, pero sin duda llama la atención como estos artistas que tienen en sus historias personales posicionamientos claros sobre las crisis sociales y políticas que les tocó vivir, optaron en el París del 14 al 18 optarán por ignorar la reproducción mecánica del conflicto armado y su dramatismo y avanzar por el camino del arte cubista. Como si hicieron otros artistas u otros estilos o modalidades artísticas que si integraron en sus contenidos el drama de la Gran Guerra y los reflejaron de diversas maneras.

Los años que precedieron y siguieron a la Gran Guerra fueron agitados e intensos y golpearon por completo a los artistas que vivieron, entre trincheras y patriotismo, el fin de un mundo y el comienzo de otro. Pintores, escultores, fotógrafos, poetas o escritores de todos los bandos se entregaron de lleno a una aventura romántica, una catarsis colectiva en busca de un mundo nuevo, que demostró ser una carnicería de la que Europa tardó muchos años en recuperarse. Si acaso alguna vez lo hizo del todo.

Máquinas, armas, destrucción, raíces ancladas en el pasado y el sentimiento de pertenencia a una nación que el sufrimiento y las pérdidas dramáticas de vidas y de rumbo arrancaría el sueño romántico y representaría el verdadero comienzo del siglo XX. Ya nada será nunca como era antes.

Hay una obra que muestra el torbellino de aquellos años, ‘Metrópolis’ (1916-17), la gran obra maestra de George Gros, refleja una imagen apocalíptica de la ciudad de Berlín, el caos del fin del mundo, o de un mundo que se termina.

Sin entrar a juzgar que opción artística es más acertada, si que viene al hilo reflexionar sobre el papel del arte, y los artistas, delante las grandes crisis políticas y sociales y también su relación con el poder político y económico.

El poder político condiciona y determina en las dictaduras y en los regímenes autoritarios, la creación artística. La historia tiene claras evidencias: todo régimen tiene un grupo de intelectuales que lo apoya. El nazismo, por ejemplo, creó una estética afín a sus intereses, el arte jugaba más que un papel político, cumplía un papel propagandístico que un papel artístico o estético. Que llegara al espectador sin mayores complicaciones, que fuera claro y entendible, que reeducara al público, que despreciara el elitismo en favor del realismo heroico. La Italia de Mussolini, el comunismo de la Unión Soviética, y de otros lugares u otros regímenes dictatoriales son también claros ejemplos de ello.

Pero no son cosas del pasado, no son referencias de los libros de historia, de historia del arte, es una realidad presente y actual, un elemento vivo. La elección de Donald Trump, como presidente de los EE. UU. pone de actualidad el papel que va a jugar el arte enfrente de un régimen autoritario, como es sin duda en nuevo gobierno norteamericano. Tanto la creación artista que desde el poder político y económico se va a promover, o se va a combatir.

Como un pequeño anticipo de la tendencia artística del mundo Trump, destaca el retrato que la pintora Illma Gore realizó de él en el 2016, cuando este era precandidato presidencial por el Partido Republicano y estaba en plena campaña para buscar la nominación. El cuadro muestra a un Doland Trump desnudo y con unos genitales de reducido tamaño y en una postura burlona, La artista Illma Gore tituló su cuadro como Make América Great Again (Haremos América Grande Otra Vez). Los seguidores del candidato reaccionaron de forma airada y hubo una gran polémica y un rechazo por parte de diversos sectores de la sociedad norteamericana.

Illma Gore se encontró con la prohibición de numerosas galerías de arte de Estados Unidos a exponer su cuadro dentro de sus salas, y las redes sociales también prohibieron su reproducción. por lo que la artista optó por la galería británica de arte contemporáneo Maddox.

Al margen de la opinión artística de la obra o si utilizar la imagen de los genitales es acertado o no, la libertad artística debe primar sobre otros conceptos y en un país como EE. UU que presume de la libertad de expresión como uno de los pilares de su sistema político, no puede perseguir la creación artística y forzar a la artista Illma Gore a tener que ir a Londes a mostrar su arte, aparte de las amenazas que había recibido por su obra. El tiempo determinará hasta dónde llega este nuevo autoritarismo pero esperemos que no sea tarde para reaccionar

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