GUILLERMO PORTIELES

Desde hace algún tiempo Guillermo Portieles (1963) ha estado centrando su atención en los proverbios populares. En esta ocasión su obra, El tipo es un libro abierto, protagoniza nuestra publicación, llenando con su poderosa imagen la portada, presidiendo el presente número. 

Sus cuadros, lejos de ilustrar los refranes, se sirven de ellos como puntos de partida para edificar un discurso que —más allá de lo que concierne al mundo de las palabras— es fundamentalmente expresivo, plástico, visual. La energía que se desprende de su pincelada, el atrevimiento de los chorreados no calculados pero bienvenidos, el control de los accidentes, el contraste entre zonas hechas,«terminadas», y otras aparentemente inconclusas, bocetadas… nos hablan de su perfecto equilibrio entre lo expresivo y lo racional, entre la pasión y el control.

Obsérvese la diferencia entre la realización de un pie y el otro (uno aparece completamente vestido con una bota, mientras que el otro apenas se sugiere). Como Rembrandt, cuando pintaba la mitad de un rostro y dejaba en la oscuridad de un plano negro, la otra mitad no iluminada, así mismo Portieles pinta algunos elementos y nos deja imaginar los otros. Este es un recurso muy seductor que utiliza el artista, el de balancear nuestra mirada y hacer que el recorrido de nuestros ojos por la superficie del cuadro no sea aburrido, sino toda una aventura.•