Contraportada
GLISER FUENTES
.
Por: Redacción
–
01:06
minutos:segundos
Hay en la serie Homeless (Vagabundos) una intención que va más allá del acercamiento a las personas que viven en la calle. El contenido esencial que prima en estos cuadros está muy lejos de cualquier lectura obvia con respecto a la pobreza material. No estamos ante una dramatización chaplinesca sobre la vida del vagabundo, tampoco se trata de provocar un sentido de lástima hacia ellos. Lo que aquí hace Gliser es una reflexión y utiliza la imagen del vagabundo como una metáfora de nuestras verdaderas carencias.
Sobre esta serie la artista ha declarado:
«Mi trabajo identifica a quienes no tienen hogar y viven sin miedo a perderlo “todo” porque no poseen bienes y no tienen apegos. Decir sus nombres es una forma muy efectiva de separación. Todos llevamos un vagabundo dentro porque la carencia no es material precisamente, muchos de nosotros nos la pasamos mendigando amor y cariño.
En cada uno de nosotros vive el que da y el que recibe, el que ama y el que necesita amor, el que llora y el que sonríe… Pero nuestra esencia es mucho más que eso. Elegimos ser EL HIJO, hecho a imagen y semejanza de nuestro creador».
Estas obras fueron hechas en dos tiempos. Se comenzaron en 1998 y se terminaron en 2018, este detalle es importante porque manifiesta la importancia que la artista da a la serie. Normalmente, no se retoma un tema tras tantos años abordando otros. La artista explica que al lograr llevar algunos de sus trabajos a EU —país donde reside actualmente— sintió que algunos de ellos necesitaban más elaboración y los intervino nuevamente».
Ya emigrar desde Cuba con estas obras —tarea delicada y nada fácil— demuestra el interés especial que despiertan en su autora, otra prueba de esta preferencia es seleccionar una de ellas para la contraportada de nuestra revista, siendo un trabajo terminado hace varios años.
Esta obra específica, llamada Viejos pensamientos, encarna el espíritu de la serie, representativa además de la capacidad de la artista para sintetizar en una sola imagen multitudes de pensamientos. Aquí todas las variables —las infinitas interpretaciones— van a parar a una generalizada y esencial lectura que condiciona el título. Un título a la vez amplio y concreto, porque trae consigo una paradoja: ¿Puede ser viejo un pensamiento? •
COMPARTE, DALE ME GUSTA, REPITE
¡Nos gustaría saber tu opinión!
Comenta el artículo. Gracias