Bellas artes
Estamos ante una revelación, una nueva fuente de creaciones auténticas en una persona muy especial. Les presentamos a Gabriella Rivero-Fundora, una joven artista cubana de origen cuyo desarrollo se ha producido en Chicago.
Su vida ha transcurrido en un ambiente muy propicio para despertar su intelecto y talento creativo en la pintura. Sus padres, Ulises y Mildred, ambos con formación académica y una labor intelectual íntegramente vinculada al diseño, y las ilustraciones en La Habana, durante años, y en esta gran ciudad, le han propiciado un terreno fértil para su formación.
Gaby, como la llaman sus allegados y firma sus obras, de 19 años, se especializa en iconografía religiosa y obras de arte de inspiración clásica. Su metodología en la creación artística está profundamente arraigada en creadores renacentistas y barrocos como Rafael, Caravaggio y Peter Paul Rubens; sin embargo, le da un giro moderno y personal al cambio de apariencia y a las historias de figuras clásicas.
«Mi metodología es un acto de equilibrio entre ignorancia y sutileza», comenta agudamente.
Y agrega: «Al no haber tenido una educación clásica formal en mi juventud, para mí era un deber asumir la llamada “historia antigua”, porque si había algo que compensara mi falta de conocimiento sería la habilidad de mi trabajo».
Crecí sabiendo que había ángeles que me vigilaban, crecí creyendo que me protegerían, pero no había crecido conociendo las historias exactas de por qué, cuándo y cómo llegaron a existir. Nunca había leído la Biblia, y considero que es el catalizador mismo de lo que aporta originalidad a mi trabajo. Estoy libre de las ataduras de la religión y puedo abrazar la tradición, el estilo y la técnica de los viejos maestros no solo sin vergüenza, sino también sin expectativas» —nos revela—.
«Cada retrato que hago es a imagen de mis amigos e ídolos; cada escena está inspirada en el drama de magnitudes bíblicas, pero cuenta su propia historia. No degrada al espectador por crear sus propias ideas con él, no impone emoción, es narración y habilidad».
Gaby tiene un proyecto muy importante para este año. En septiembre viajará a Italia, a Florencia, a la Florence Classical Art Academy. Allí podrá ampliar sus conocimientos y su visión del mundo en que ha decidido fundamentar su obra pictórica.
Y no dudamos que absorberá el espíritu de los grandes maestros que enriquecieron y definieron el arte y el mundo que ellos nos dejaron.∙
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