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Encuentro con Jorge Nuñez

ENCUENTRO CON: Jorge Nuñez

      A este hombre se le nota. Tiene un saber hacer y un ritmo propio de alguien que no ha parado quieto. Viene de un recorrido profesional nada breve y no falto de sacrificios. Se explica tan melódicamente como el de una vida, con sus pros y contras, teniendo una vida ligada al trabajo. Lleno de viajes, artistas; siempre al servicio de alguien que te necesita mucho o eso cree, hasta el día que decides que el único al que vas a ayudar es a ti. Y le das un vuelco a tu vida. Te quedas en Barcelona y montas un programa de radio llamado A bote pronto en Radio La Mina Fm que cientos de oyentes escuchan con una sonrisa agradecida y fiel.
      En este oasis de paz es donde he podido toparme con Jorge. A nuestra llegada a la radio, la de la redacción de Artépoli, nos sentó como médico que sienta a sus pacientes impacientes. Y con la mano derecha que tienen todos aquellos que han sido mano derecha nos serenó y aconsejó debidamente para en pocos minutos salir en directo a antena. He de decir que no es tarea fácil. La de entretener a alguien solo por los oídos, y mas en estos tiempos de sobre estimulación que corren en los que parece que no podamos vivir sin una pantalla, ya es trabajoso. Pero además, la tarea implícita de llevar la entrada, interrupciones y onomatopeyas varias de cuatro personas que éramos a mi me parece un desasosiego total. Organizar no a uno, sino a tres invitados inexpertos en la materia radiofónica, los cuales tienen un turno aleatorio de respuestas. Por divina virtud no fue un problema para Jorge, pez en el agua, el cual parecía llevar el ritmo de las ondas que despedía su voz en el cuerpo. Como a pequeñas convulsiones, miradas y sonrisas cómplices que daban entrada a los invitados. Repito, no me parece nada fácil, mantener ese ritmo. Que sea dinámico para el oyente, pero no demasiado rápido no vaya a ser que no se entienda, ¡pero que no se aburra! Esa presión señoreees, esa presión tan bien llevada es para alguien que se ha curtido en otros derroteros más feroces. Como por ejemplo tan escenógrafo como maquinista de; el TNC (Teatre Nacional de Catalunya), la compañía de teatro Fura dels Baus, las compañías de danza de Victor Ullate o Nacho Duato, pasando por los castellonenses Hojarasca de la mano de Alicia Soto, hasta El Ballet Nacional de Cuba regentado por la magnánima Alicia Alonso. Cuyos trabajos requieren de una gestión milimétrica y suma sensibilidad para que el show must go on. No todo el mundo esta hecho para soportar este peso y cada vez que conozco la labor harto acurada de un técnico más de cerca, más agradecida me siento. Porque el espectáculo no sería tal sin todas estas piezas tan necesarias como olvidadas detrás de los telones, las luces y las voces.

MALU R. PASCUAL

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