EMILIO ORIHUELA MOLINA
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EMILIO ORIHUELA MOLINA
Nace en la ciudad de México en 1974. A los 17 años se inicia en las tablas en un taller independiente de teatro escolar en el bachillerato. Casi de inmediato, desiste de sus deberes académicos y dedica todo su tiempo al arte dramático. Se relaciona con artistas de otras disciplinas como la música y las artes plásticas, con actores y directores de diferentes estilos; se toma en serio su formación artística y se integra a toda escenificación y taller a los que es invitado. Para los 19 años ha dirigido ya sus primeros montajes e incursiona en el teatro experimental y en el teatro callejero. Poco tiempo después tiene la oportunidad de realizar montajes con niños de la calle. Durante los siguientes seis años acumula experiencia como actor y director de puestas en escena de toda índole, participa en encuentros y festivales tanto callejeros como universitarios y desarrolla un lenguaje escénico propio.
En 1997 toma la decisión de tomar clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la carrera de Literatura Dramática y Teatro. Así cursa casi toda la carrera, sin estar inscrito, sin recibir calificación, sólo con el deseo de hacer teatro, de perfeccionar su arte. Aunque ya desde sus años en el bachillerato escribe algo que ahora ni él mismo llamaría poesía, y primitivos libretos para las obras que dirigía, es hasta su estancia en el colegio de teatro que se atreve a probarse en la dramaturgia con textos para sus ejercicios de dirección y actuación. De igual manera, hace sus pinitos en la narrativa con ficciones cortas.
La escritura se vuelve parte de su vida, de su expresión y en 2007 se matricula en la Universidad Autónoma Metropolitana para estudiar Letras Hispánicas. Su relación con el arte es ahora por medio de la literatura y aunque no abandona el deseo de regresar a las tablas, ya sea como actor o director (actividad que no realiza desde el 2010), su inventiva se centra en la creación de textos.
Actualmente ha regresado a la poesía (con notable mejoría) y tiene guardados, casi escondidos, media docena de cuentos, varios textos dramáticos y algo que parece una novela que nomás no se deja terminar.