BORJAFLAMES Nacer Blanco
BORJA FLAMES NACER BLANCO
NACER BLANCO es el primer trabajo en solitario de Borja Flames, español afincado en París que, tras formar parte de grupos como los garajeros Tedium, del dúo Belmonde, más cercano a la música improvisada y experimental (ambos junto a Abraham Boba) o, ya en París, del dúo de canción francesa June et Jim (junto a la chamánica Marion Cousin) decide, desde la capital vecina, poner sobre la mesa sus propias inquietudes. El resultado de este primer acto son doce canciones donde se mezclan melodías radiantes, compases impares, estructuras y voces en canon, fervor e irreverencia a partes iguales por los formatos neoclásicos (de Bach a Moondog), complejidad e inmediatez, experimentación y música pop, fascinación por las músicas primitivas (de los field-recordings a las músicas tradicionales del mundo entero) por su componente de trance, misterio, brutalidad y sensualidad.
«Éste es un personaje que se interesa a los experimentos, a las investigaciones, a los laboratorios. Entrevé, descubre poco a poco, las manos bajo el capó (un músico sabe esto, que son las manos las que piensan, que son las manos, el trono del pensamiento). Escucha (un músico sabe esto también, que si son las manos las que piensan, es claramente el oído el que toca), imita, deshace, desmonta, vuelve a montar, deja venir, riega y mira crecer, acompaña, destroza, revuelve en todos los sentidos y da a luz pequeños monstruos. Porque si llamábamos a NACER BLANCO «el primer disco en solitario de Borja Flames», Borja Flames, él, llama a NACER BLANCO su «bastardo». Lo cual le va muy bien.
Bastardo pues concebido a espaldas de June et Jim, pero también porque impuro hasta el último surco, bullicio de estribillos oblicuos, madrigales sintéticos, con motivos de guitarras que derrapan, percusiones al cruce del ritmo de pueblo y de la construcción elaborada, destellos sonoros incongruentes, poesía recortada con tijeras, entre palabra de oráculo pasado de vino y haïkus locos como peonzas. Porque aquí es cuestión de una música giratoria, que apunta claramente al trance, casi al aturdimiento, a pesar de la gran dulzura del gesto (suavidad del canto, delicadeza del tocar, pudor del propósito que prefiere el enigma a la aserción, paciencia en el forjar). Dulzura que no anula en absoluto el hirsutismo de la inspiración y la gula delirante que traicionan los mil micro-deslizes que son la sal del asunto (sentir tal explosión de predicador chalado, tal descarga percusiva lanzada como una girafa al mar, tal tartamudeo sonoro, trazado de puntos de suspensión hechos con perforadora de papel). NACER BLANCO propaga, en una suite de murmullos enloquecidos, la gracia y la inquietud de estar en vida, apátrida y blanco como un culo cuando la sangre negra que chispea en las venas es más negra que la de un ciervo en celo. Confesional de colores vivos, con revuelos de campanillas, diálogos esquizoides donde nanas reconfortantes y subidones aterrados son amorosamente mezclados en el mismo shaker.
De sus influencias, Flames extrae motivos amables y torsiones, concentrados lúdicos, sentido del micro-acontecimiento y destaca esto, sin duda lo mas importante: el arte siempre amenazado pero siempre victorioso de hacer inteligibles las redes más frenéticas de entrelazamientos e informaciones. Todo el tiempo que dura el impulso derviche de este disco majara y amigo, emocionados por tiernos hundimientos, sorprendidos por los pequeños saltos de humor, sabemos que tenemos en las manos el tipo de disco acogedor, falsamente caótico, al cual nos gusta volver a menudo. Porque sentimos que dentro un buen hombre se mantiene en pie, corazón abierto y cerebro en marcha, poco avaro de atenciones y de regalos, un tipo sincero, valiente, un poco febril a la idea de compartir su visión del mundo, y que para lograr esto no olvida de lanzar puentes hacia sus fantasmas y hacia los vivos que se acerquen a escucharlo. Disco de homenajes sin ironía al mismo tiempo que breviario impertinente que sabe que no se honra nunca mejor a sus maestros que sometiéndolos a examen y cuestionamiento. Disco púdico, disco ágil, bello disco.»
Florian Caschera
Lanzamiento el 5 de febrero
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