Amina Daghmoumi
Por Gorgonio Sanjuán
Es en un remolino de círculos, símbolos de continuidad y renovación, lo finito y lo infinito, la plenitud y el movimiento, que nos invita la artista Amina Daghmoumi, a sumergirnos en un itinerario fuera del tiempo y del espacio. Estamos en presencia de un “Juego de círculos “, evolucionados a través de iluminaciones originales, hacia formas esféricas que toman prestado de los cuatro elementos, las ricas texturas de sus materiales, así como la delicadeza infinita de sus colores. Mediante elevaciones, pliegues, grietas, roturas, fraccionamientos y/o suturas, las formas, a veces círculos y a veces volúmenes, siguen su curso como un electrón libre en un espacio intemporal, sufriendo el asalto intermitente de raíces inusuales cuyo movimiento de enmarañamiento se opone a la energía visual liberada por las formas circulares. Mientras que las cavidades vigilantes, firmemente plantadas en la ruta, parecen invocar por su verticalidad, a la presencia humana, múltiple y universal en su materialidad y su espiritualidad.
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