Colones, Chamacos y campos de invernaderos
En esta reseña quisiera indagar entre tensiones raciales y convivencias entre las minorías recién llegadas y la población autóctona europea. No pretendo sentenciar ni recrear sobre lo evidente sino observar desde un cierto distanciamiento algo en lo que estoy muy implicado. Siempre he intentado ir al principio de las cosas pero todos sabemos que eso es imposible. Siempre hay un antes causal. Pero en este caso se me antoja un punto de partida cercano y que nos sea familiar a todos, no como causante ni desencadenante del problema pero si como mero cambiador de conciencias y actitudes como es un gran conflicto bélico.
Desde de la segunda guerra mundial hasta la fecha, nos encontramos con una sociedad europea en plena reconstrucción de sus identidades nacionales , asimilando a su vez la incorporación de pleno derecho de los descendientes y nativos, principalmente de las antiguas colonias de estos y en algunos casos activos imperios “Neo colonias con estatus proteccionistas en África, Asia y el Caribe fundamentalmente”. Estos nuevos europeos los podemos referir en dos grandes grupos, digamos los inmigrantes y sus descendientes; poseen comportamientos y conciencias claramente diferenciadas, pero al ser vistos por la sociedad autóctona en un mismo paquete, crea la primera disyuntiva de asimilación e integración del nuevo grupo. La intencionalidad de asimilación, resignación y expresa sumisión que por lo general adopta el recién llegado, no es en ningún modo el carácter reivindicativo de sus descendientes, nacidos en estas nuevos emplazamientos con un claro desarraigo del lugar de origen de sus padres, sin ningún complejo de gratitud y que además exige un tratamiento similar al del resto de la sociedad, lo cual expresa dos claras y diferenciadas formas de responder al racismo por las víctimas de este.
La pasividad social, desidia ideológica y conveniencia política con que la sociedad y las autoridades respectivas tratan el hecho inmigratorio en las sociedades modernas. La propaganda tendenciosa, como potenciador de los prejuicios raciales, junto con el crecimiento demográfico, la competitividad por el trabajo y la falta de información educativa, encuentran acomodamiento dentro de las estructuras liberales
El hecho migratorio en el caso de España es un recién llegado de las últimas dos décadas por los que los agravantes altercados que han estallado en emplazamientos europeos con una cierta longevidad en este fenómeno siguen siendo aislados. Episodios como el de Elejido no son comparables a los disturbios de la envergadura e intensidad de Brixton, Liverpool, Manchester, Birmingham, entre otros, desde 1981 o París en la década de los noventa.
No todos los grupos tienen un comportamiento similar. Los emigrados ibero-americanos y caribeños, a diferencia de otras etnias minoritarias, que adoptan de otras formas este papel de recién llegados, como por ejemplo manteniendo una actitud aislada del resto de la sociedad opresora encerrándose en su propia cultura o grupos que practican la autocensura en diferentes formas, este grupo, el latino americano muestra un claro interés de integración, adaptación y asimilación el cual no es correspondido por los actores sociales en la medida que las circunstancias les exigen. Por otro lado para la sociedad autóctona, estos grupos minoritarios representan un problema político e ideológico, la precipitada homogeneidad cultural vista por algunos como una aberración social inminente, los problemas de recesión económica y la pasividad e indiferencia colectivas ante ciertas injusticias, pueden desembocar en un malestar detonador en la convivencia pública.
Las autoridades, tanto políticas como representativas no son más que un espejo de la sociedad mayoritaria. No olvidemos que tanto los políticos, como la monarquía, la prensa, la policía y otros estamentos sociales se deben al escrutinio de la sociedad y esta reflejaba y refleja un claro rechazo a esta homogeneidad a la que nos referíamos anteriormente. De todas formas, no cabe justificar al estado, por otro lado factor principal en estas conductas, porque no olvidemos que es éste mediante políticas de educación, información e integración es el encargado de garantizar la armonía social. Además de legislar en base a la justa convivencia e integración. Por ende el pesimismo concluyente de este artículo nos revela una actitud que en ningún caso es humana como muchos afirman, sino el resultado de un cúmulo de factores de índole social, de herencias religiosas y económicas, que desembocan en estas actitudes
Louis Dumont, Expone que el racismo es una ideología típicamente moderna y profundamente emparentada con el individualismo.
Michael Banton, Las doctrinas que hablan de la distinción y superioridad de unas razas con respecto a otras proyectan una oscura sombra sobre la historia del mundo en la primera mitad del siglo XX.
La primera teoría racista fue escrita por el francés Joseph Arthur conde de Gobineau en el año de 1853.
Pero disintiendo con la visión generalizada, creo que estos disturbios antes mencionados ven su esencia en la segregación social más que en la xenofobia o el racismo ya que estos recién llegados no eran vistos por las sociedades anfitrionas como asimilables en sus estructuras sociales, influidas notoriamente por las circunstancias económicas en primer grado y malintencionadas políticamente desde algunos sectores.
Pero mi preocupación sigue estando en el futuro, analizar los tiempos pasados debe servirnos solo de anclaje y ejemplo de lo malo y lo aprovechable y las nuevas generaciones deben ser usufructuarias de un nuevo equilibrio.
La ambivalencia identitaria que sufren los hijos de los desplazados los cuales no encuentran reflejo en las costumbres de sus progenitores y adquieren las nuevas costumbres de sus países de origen, en muchos casos en clara contradicción con sus padres, también es un foco de tensión interna que desemboca en disconformidad individual desencadenante de problemas psicológicos y de búsqueda de identidad.
Pierre Rivero
Colones y Chamacos