El tema central es la emigración y su repercusión en el individuo que medita sobre su pasado y presente y se inquieta por un futuro a veces incierto. Como emigrante, reflejo todo un cúmulo de experiencias vividas: la xenofobia, el racismo, la explotación laboral, las reflexiones propias de las frustraciones en el proceso de desarraigo cultural, de integración a una nueva cultura y de asimilación de la misma lo que trae consigo cambios a nivel psicosocial en el individuo.

Cada página de este pasaporte refleja los problemas que afronta el hombre tercermundista. Me tomo la libertad de inventar términos como Pasaporte de la República Impopular, demosgracia de extranjía o remomuleta para recrear este mundo de burocracia, a veces ridícula, en el que tanto cuesta a muchos legalizar sus documentos, vivir bajo la protección de la ley y gozar del pleno derecho a elegir.

El exilium tremens y la inmersión voluntaria o forzada en un nuevo entorno, pueden acarrear duras consecuencias para el individuo: la laceración psíquica, la soledad, el aislamiento, la incomunicación y la deshumanización.

Ha pasado más de una década desde que mis dibujos y términos estrambóticos ilustraran las páginas del Pasaporte de la República Impopular. Su vigencia aciaga sigue afectando la vida de millones de seres humanos.