ESCENAS Y CONSECUENCIAS
Por: La redacción
Por: La redacción
La obra de Walfrido Hau Ferrer es una bofetada en el rostro, estamos ante un artista que no hace ningún tipo de concesiones, se trata de una obra sin maquillaje, explosiva como las canciones de Jim Morrison, como la poesía de Bukowski. Para ARTEPOLI es un honor hacerle esta entrevista porque sabemos que la verdadera creación se manifiesta en forma de demonio. Ya llevamos rato hablando pero no publicaremos la cáscara de la entrevista, vamos a las preguntas medulares ahorrándonos las más obvias.
ARTEPOLI: Las escenas que representas narran las ideas de forma un tanto literaria. Se pretende (al parecer) causar un chock en el espectador. ¿No te parece que este tipo de comunicación narrativa reduce la capacidad polisémica de la obra?
WALFRIDO: Prefiero decir lo que siento a costa de la forma y aunque me sorprendo yo mismo lamiendo la pintura, no creo que una medicina para un enfermo espere por tasa limpia. Soy un pintor de domingos porque trabajo todo el tiempo en lo que realmente da dinero.
A: Como casi todos, lo que pasa es que los otros no lo dicen. A la hora de una entrevista los artistas suelen ponerse bastante etéreos, como si fuesen seres de luz que no comen ni necesitan dinero.
W: Ese fue el prejuicio inicial del socialismo cubano, exacerbar el odio al dinero para al final tener que desmontar esa mascara a cambio de avanzar. Admiro a los colegas que venden en las ferias sus pinturas como si fuesen arroz, carne o granos. Yo ahora mismo tengo 83 trabajadores y restauro un hospital, un almacén patrimonial, y el edificio del Fondo de Bienes Culturales, es lo que hay, pintor de domingos.
A: ¿Por qué haces arte?
W: Porque cuando enciendo la radio todo el mundo habla lo mismo y cuando converso en las aceras dicen lo contrario…entonces mi búsqueda es como un puente entre ambos horizontes. Estoy consciente de mi función comunicativa y trato de saltar los muros del conformismo mental.
A: ¿Qué piensas del arte que se está haciendo ahora en Cuba?
W: El arte cubano, salvo aislados chispazos casi nunca muy públicos, está decadente pero muy vital, se regodea en las formas, pero no ahonda en contenidos, abordar la realidad con propuestas aun artísticas es tener al estado tras de ti…estas maniatado frente al poder omnívoro y omnipresente. No se trata del arte de los años 80, ni la literatura de los 90, esta última incontenible, aclaro: el poder amarra con dinero, oportunidades y hasta violencia, el cuento de la silla en el camino, por otra parte, urge para completarnos reconocer la cultura del exilio de igual a igual, asimilarnos…
A: ¿Te consideras un artista contestatario?
W: Manido diversionismo ideológico…Contestatario, replicante…prefiero susurrar, no grito, sonrío…a veces con amargura y de forma grotesca, tanto al poder como a las posiciones humanas que no entiendo, incluyendo mías.
A: ¿Será porque gritar se ha convertido en una garantía de éxito?
W: No te creas eso, mucha gente grita y ni siquiera lo escuchan en su barrio, terminan silenciados, sufridos y aplastados, el tema es gritar con un micrófono delante. No voy a grito porque creo que hasta allí perdería la plástica, entonces sería totalmente un opositor. Y no tengo nada en contra de ellos o la diversidad política, pero viví en USA y estoy acá, no maduro como para caerme de la mata.
A: Los cubanos tenemos una visión enfermiza de lo que significa estar en un país u otro, a un holandés nadie le cuestiona que viva en África, por ejemplo, diciéndole que ha «traicionado a su patria».
W: ¡Bah! El hombre es un pájaro libre. Estoy seguro que de poder salir muchos regresarían. La patria, junto a sus palabras hermanas: soberanía y dignidad, son un conjunto abstracto, una cárcel de ideas. Al final nadie sabe -como se utilizan a escala sobrehumana- cual es el beneficio concreto a que conllevan. Sin ir más lejos, Santiago de Cuba es una subpatria. Por estos años aquí se ha exacerbado el regionalismo.
A: Y el hecho de vivir en una provincia y no en la capital… ¿Te segrega como artista?
W: Lógico, eso del fatalismo geográfico es real para las provincias y puedo asegurarte que es un fenómeno de cualquier país que dependa de «centros artístico-culturales». En el caso de Cuba. Si no estás en La Habana no existes, una vez fui rechazado en un importante salón de la capital por no tener donde alojarme.
A: A nivel formal… ¿Cuáles son los recursos que más utilizas para canalizar tus ideas?
W: Procuro realizar atmósferas de colores irreales, planos de interacción de los personajes, diálogos… este país es totalmente surrealista con buena dosis al ridículo, a la burla, a vivir de ilusiones… el expresionismo en mi es el resultado del poco tiempo y el deseo de hablar sin pedir permiso… Es el lenguaje y el tono genuino del poder, de lo impuesto y de las miserias humanas, y para dialogar debes emplear su idioma.
A: Es cierto, el expresionismo siempre se relaciona con la irreverencia, la inconformidad, el enfrentamiento… pero vamos a ver, con la representación que manejas, que son figuras muy bien proporcionadas y muy bien construidas en el sentido académico, y con esas gamas de colores un tanto apasteladas, armónicas, de una paleta en clave alta, bien pudieras representar paisajes o flores, je je… quiero decir, que no se trata de un expresionismo de colores sucios como el de Soutine ni de formas monstruosas como las de Bacon. Lo interesante está en que tu obra no es agresiva en el sentido formal, lo agresivo está en lo que ocurre en ella, en las escenas que montas.
W: Aun tengo fe en lo bello como recurso, como categoría de la estética tengo mis dudas.
A: Llama la atención también resolver las ideas mediante recursos digitales, herramienta poco usada en el lenguaje expresionista.
W: Tiempo, lo hago en mi oficina, en la misma máquina que reviso proyectos, presupuestos, certificaciones, actas de conformidad, en fin la madeja burocrática y es horas de culo. Dos monitores, casi traduzco una cuestión a otra y viceversa…
Y después de esto nos despedimos. Dando la bienvenida a nuestras páginas a este artista cuya obra, como puede verse, es fuerte, crítica, aguda y controversial.
Kiosco Online. Ejemplar 27 Revista Artepoli Primavera 2020
Ver artículos por separado (post)