El arte del tercer mundo siempre se ha mirado «por encima del hombro»; la producción artística de Latinoamérica, por ejemplo, fue vista en gran medida como artesanía, como una expresión primitiva del ser humano. Nada más lejos de la verdad, pues aunque desde los centros de poder se trate de imponer una visión vertical, las influencias han sido mutuas, el enriquecimiento ha beneficiado a todos. Y es que el intercambio cultural va más allá del poder militar o político y enaltece los valores culturales.
La exposición internacional Barcelona 2022, La Fuerza del color, inaugurada el 11 de junio en la galería Nova Vella Sala, de Manresa, sorprende por su versatilidad, por la coincidencia de diferentes lenguajes plásticos. Hay un factor común que une a la gran mayoría de los artistas que la integran, esto es: el explosivo y brillante uso del color.
No todas las obras expuestas obedecen a esta idea, también encontramos en la muestra cuadros bastante sobrios y hasta monocromos, como es el caso de la pieza Metamorfosis presentada por Ciserón Bautista, artista hondureño que destaca por la precisión de su firme trazo expresionista. Se trata de un lienzo resuelto a través de una escala de grises bien controlada y una gestualidad poderosa. La obra de Vanessa Vaglio también evita los primarios y se adentra en una paleta matizada por tonalidades agrisadas y un abundante uso del blanco; las sutilezas cromáticas de las mezclas resultan una adecuada base para un discurso sumamente interesante, en el que está presente la palabra escrita con una riqueza gráfica que deviene, junto a otros elementos, en una suerte de poesía visual.
Casi todos los demás artistas apuestan por el color, que se torna estridente y llamativo en obras como las de Carlos Monge. En una de ellas el creador nos impacta por el tratamiento en relieve de ciertas zonas de su figuración en las que incorpora, a manera de collage, telas de encaje y otros objetos. Lo expresivo del personaje pintado coquetea con el lenguaje de la caricatura pero sin llegar a serlo, más bien se emparenta con ese surrealismo latinoamericano que escapa a los cánones del propio movimiento y que encontró Buñuel en México. Roxana González (Roxago) también bebe de esta fuente, que algunos definen como realismo mágico1, término un tanto cuestionable por su carácter colonialista, por tratarse de un concepto impuesto desde fuera, una mirada externa a la realidad latinoamericana que no tiene en cuenta sus complejidades. La visión de Europa hacia el Nuevo Mundo siempre ha estado sesgada por tergiversaciones, recordemos aquellos grabados de los tiempos de la conquista que confundieron manatíes con sirenas y reinventaron la fauna tropical creando extraños monstruos.
Una obra como la de Stalin «Bulla» Alvarado posee también un tratamiento de color intenso, pero se desplaza hacia otra zona de la historia del arte que se desprende de lo surrealista para atender a la máquina, pasión de pintores como Leger, obsesión de Picabia y protagonista de muchas obras de Duchamp, como El gran vidrio. La novia desnudada por sus solteros incluso. En este caso la protagonista del cuadro aparece rodeada de ruedas dentadas y poleas que nos remiten a la Revolución Industrial, parece sumergida en los mecanismos de un antiguo reloj.
El color explosivo también está presente en deliciosos paisajes como uno de Isidro Con Wong, quien con paciente y detallada laboriosidad recrea cada elemento y su realización un tanto naive devela una gran sensibilidad, o el de Sonia Mora Villalobos, cuyo trazo profesional y decidido resuelve el espacio a través de vibrantes masas de color, dejándonos en un limbo entre figuración y abstracción sumamente atractivo. Con igual fuerza pero ya en un campo más puramente abstracto destaca la obra de Roxana Salazar Bonilla.
Continuando con los paisajes nos enfrentamos con curiosidad a la extraña toma aérea de Xavier De la O, obra sumamente compleja, no solo por la delineada realización sino por la historia suicida a la que nos remite y la sensación de vértigo que logra. De una sencillez enternecedora resulta, en un camino contrario, el paisaje de Rafael Gutiérrez; aquí los colores vibrantes y la línea que divide los planos define un muy personal modo de hacer.
El retrato está muy presente en esta exposición, por su técnica depurada y su hábil mano impacta el realizado por Ricardo Vega. El que realiza Sebastián «Boreal» Arburola va en dirección contraria, lejos de lo académico apuesta por el pop art en un retrato del insigne Warhol, en el que recrea sus famosas obras (el ojo de Marilyn Monroe acecha detrás, citando las serigrafías del famoso artista).
La obra de Rigo Peralta, pintor dominicano-norteamericano, nos sacude por su refinamiento. Resulta cada vez más difícil encontrar artistas cuyas creaciones integren la riqueza imaginativa con una depurada técnica. Son cuadros altamente «cocinados», nada en ellos es casual ni obvio sino producto de un desarrollo. Y si se trata de equilibrio entre forma y contenido, un buen ejemplo es Juan José Solís; en su obra la condición un tanto ilustrativa de su dibujo apoya con creces lo que se narra en ellos. El virtuosismo, el tratamiento del color y lo ecualizado de los tonos secundan un discurso artístico a la vez muy claro pero difícil de traducir a las palabras. Aquí nuevamente el color es controlado bajo una gama formada por colores análogos.
Igualmente dentro de una gama precisa, con un dramatismo que nos remite a las lúgubres atmósferas logradas por artistas como Remedio Varo o Leonora Carrington, resulta admirable la obra presentada por Jesús Daniel Mejía, un cuadro intenso y valiente, sobre todo para nuestros tiempos en los que abunda lo complaciente. La tristeza es parte de la vida y desde Goya hasta Frida han existido voces que la expresan, Jesús Daniel es de esos artistas profundos que la reconocen y la representan. En semejante tesitura, aunque menos dramático, está el muy bien realizado cuadro de Gustavo López. La mirada pensativa de su modelo nos atrapa despertando un interés mucho más centrado en su alma que en su cuerpo, hermoso pero recogido, temeroso, clausurado… en una posición casi fetal que intenta ocultar su desnudez.
Minor Gustavo Matarrita, director del Itinerario Internacional de Exposiciones de Arte2 y también marchante, ha traído esta muestra a Cataluña, comisariada por Josep María Roma. Sobre la misma nos dice:
«Después de un tiempo tan devastador como ha sido el de la pandemia y con la reapertura de la nueva ‘normalidad’, nos hemos dado a la tarea de retomar los proyectos que ya teníamos agendados, entre ellos el de Nova Vella Sala, espacio óptimo y digno para nuestros artistas.
La Fuerza del Color, como tópico de nuestra exposición, es para nosotros sinónimo de lucha, entrega, sacrificio, cansancio, incertidumbre, dolor, pero también es de alegría, gozo, consuelo, refugio y esperanza en cada pincelada, en cada tono, en cada trazo, en cada lienzo, en cada creación. La Fuerza del Color nos mueve y nos impulsa en nuestro diario caminar por esta vida y con nuestra realidad histórica».
La exposición amerita ser expuesta en otros sitios, pues nos da una visión amplia del arte que se está haciendo en varios países de Centroamérica, especialmente en Costa Rica, de donde proceden la mayoría de los participantes. •
1._ El término fue usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada, y llegó al idioma español con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925). Más tarde, en 1948, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Uslar Pietri en su ensayo Letras y hombres de Venezuela (1948).
2._ Art in Motion Gallery se fundó en el año 2007 en Pennsylvania, EU.
Surge como una necesidad de dinamizar/movilizar las obras de arte de un lugar estático, cerrado y encasillado, a otros lugares, a otras culturas, ciudades y países como enriquecimiento vivencial de intercambio.
Es por eso que se crea el Itinerario Internacional de Exposiciones de Arte, cuya intención es buscar espacios internacionales (galerías, museos, casas de la cultura, etc) para desarrollar y expandir la imagen artística de los participantes, como también proyectar y promover sus trabajos/obras y consecuentemente poder venderlas, como fin último, siendo de gran ayuda para los artistas.
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