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Bellas artes

«Esta Revolución es la Revolución de nuestro pueblo(1)».: filosofía de la negación y algunas pesadillas tropicales en la obra de Israel Naranjo Sandoval (A es B)

Por: Amalina Bomnin Hernández

ARTÍCULO. (Versión digital)

El discurso político que ha acompañado al proceso social cubano, durante muchos años, se relaciona con una filosofía de la negación. El ejemplo a continuación fue parte de una de las disímiles intervenciones de Fidel Castro hacia las masas.

«Esta Revolución es la Revolución de nuestro pueblo: es la Revolución de nuestros jóvenes: es la Revolución de nuestros estudiantes. Juntos la hicimos. Juntos la defendemos»(2).

Para Israel Naranjo Sandoval (Ciudad de La Habana, 1971) artista radicado en su primera juventud en el pueblo La Fe, Sandino, provincia Pinar del Río, vivir cerca de la Base Aérea Militar San Julián, contribuyó a fomentar en sus años mozos una vocación que llegaría a materializarse, en cierta medida, al estudiar en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos. No pudo continuar sus estudios en el área de marras por condiciones de salud que le invalidaban para convertirse en un cadete, con todas las de la ley. Aquí es donde el destino se manifiesta al decidir estudiar en la Escuela Profesional de Artes Plásticas Carlos Hidalgo (EPAP) en el propio Pinar del Río.

Probablemente, sin una formación en artes, no habría hurgado en la historia del aeródromo que desempeñó un rol estratégico para la región. Esta base, construida en 1941 por los Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial, en el marco de colaboraciones entre dicha potencia y la isla, fue un enclave fundamental para la defensa hemisférica. Le servía a E. U. para vigilar y defender enclaves estratégicos de la presencia de submarinos enemigos de la Alemania hitleriana y del imperio japonés.

Varias piezas del autor comentan sobre la omnipresencia de lo militar en el imaginario cubano a través del uso del MiG 21. Colocar estos aviones en situaciones de riesgo alude a la debacle sociopolítica sin precedentes de un país latinoamericano que ha sido, a un tiempo, emblema y distopía.

En el 2021 trabaja en la serie titulada Bitácora de juego. Sus piezas suelen dirimir entre el uso de técnicas de grabado, pintura (lavado) y otros experimentos donde combina diversos materiales que cargan de connotaciones puntuales al ejercicio visual. En ellas encontramos planteamientos sarcásticos que emergen de las escaseces propias de la vida diaria: la ausencia de combustible, las carencias alimentarias, la desmaterialización de toda la propaganda política que sobrevive solo en los medios, pero queda refutada con solo poner un pie en la isla. La pieza en particular, titulada Faltando poco pa´llegar, se instala desde el perverso juego estratégico de la propaganda socialista donde perennemente se está arribando a una meta indefinida, anodina, no consensuada, absurda y sacrificial que se separa infinitamente en el horizonte para mantener al pueblo con el alma en la boca. Se trata de un MiG 21 en proceso de descenso. Las mangueras de abastecimiento de combustible están desconectadas y el daño será irreparable.

En la pieza Ejercicio óptico, el artista utiliza la conocida fábula de la vaca como metáfora de la mediocridad, de todo lo que está condenado al fracaso cuando no existe voluntad de cambio, ni tampoco desafíos que se intenten mientras se tengan márgenes de comodidad. Una familia sobrevivía gracias a una famélica vaca. Un maestro que visita la comarca decide al día siguiente sacrificar al animal. Un año después regresa al pueblo y donde antes estaba la casucha vieja y precaria había una casa grande y lujosa. La familia había asumido el riesgo de convertir su propiedad en un pequeño negocio familiar autosustentable. El mamífero es abordado desde un juego óptico que rememora la estética de Lichtenstein, a partir del uso de los puntos benday, provenientes de las artes gráficas.

Todo este universo simbólico se desplaza entre cuentos, canciones infantiles, fábulas, y frases populares. Un cielo azul y un redondel es el dibujo de un niño / y en cada esquina del papel escribe el niño después / quiero que haya sol siempre / que también haya cielo / que mamá siempre viva / que también viva yo. La canción de origen ruso fue referencia obligada durante nuestra infancia en la isla. La mayoría de los animados, películas, y música que se consumía provenía del extinto campo socialista. El autor parafrasea la frase en su pieza Canción de cuna y refuerza la idea colocando el texto «Esto no es un cielo azul ni un redondel… es un travelling». Se trata de una intervención gráfica a relieve con camisas escolares, específicamente, las de color azul que usamos todos los jóvenes mientras estudiábamos en el preuniversitario, que fue más o menos el momento en que comenzamos a despertar del letargo ideológico. Este cerdo estilizado recuerda, en cierta medida, a los carruseles de caballos de los parques de diversiones.

Israel es perspicaz al elegir sus imágenes e involucrar al público en una mezcla de cinismo, angustia y choteo tropical que convoca a la reflexión a un tiempo que a la risa. ¿Cómo sobrevivir de otra manera ante tanto delirio? ¿Si A es = Revolución y B = pueblo; dónde nos ubicamos nosotros amor? •

1._ Fragmento del discurso pronunciado por Fidel Castro en el marco de los Aniversarios XXIX de la Unión de Jóvenes Comunistas y XXX de la Organización de Pioneros José Martí, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba, 3 abril 1991.

2._ Idem

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