Bellas artes
Matteo Mandelli (1988), conocido artísticamente como YOU, es un artista italiano representativo del emergente movimiento Phygital Art, que aspira a disolver los límites entre lo tangible y lo etéreo, entre el mundo concreto y el reino digital. La obra de arte no se limita a ser admirada, sino que se convierte en un campo de interacción en el que la dimensión digital entra en juego, amplificando, transformando y reinterpretando la experiencia sensorial.
El proyecto fundamental del artista es The Contact, surgido de la urgencia de superar una condición social asfixiante, esa de la mera supervivencia, que envuelve la existencia en una apatía suspendida en una especie de inercia colectiva. Sus lienzos son ventanas a un mundo dividido, pantallas de televisores o computadoras que, aunque abiertas al mundo, siguen siendo cárceles limitadas. Muestran fragmentos distorsionados de la realidad, barreras invisibles que nos separan de nuestro daimon. Su pincel, flexible, un instrumento irruptivo, con su ruido ensordecedor rasga la superficie, liberando cristales líquidos con una fuerza incontrolada. De esta acción impetuosa nace un haz luminoso, primigenio y sagrado, en constante metamorfosis, que nos grita lo difícil que es luchar por superar los límites tecnológicos y las jaulas sociales, para finalmente alcanzar el contacto con nuestra luz interior.
Matteo es un hombre en constante viaje, tanto físico como espiritual, un peregrino de sus propias profundidades. Desde niño, a los 8 años, comenzó a escuchar la voz oculta de su corazón artístico, comenzando a crear utilizando, no por casualidad, espejos. Hijo de un coleccionista de arte, ha vivido una vida intensa, marcada por siete actividades empresariales, pero esa voz, de alguna manera, nunca dejó de llamarlo y ha resurgido más fuerte que nunca. Todos, tarde o temprano, sentimos una urgencia repentina que nos hace sentir que algo irrenunciable está por suceder.
¿Por qué YOU? Porque el mundo que vemos afuera es solo un eco de nuestro Yo auténtico. Así, en el centro de su trabajo, regresan los espejos: provocaciones silenciosas que desafían al observador a mirar más allá de la superficie, a enfrentarse a la verdad oculta, la que palpita en el alma.
Para YOU, la esencia de cada una de sus creaciones vive en ese preciso instante en el que la obra roza el mundo interior del observador, despertando su imagen innata. No somos un proceso o un devenir, sino vocación, destino, carácter, es decir, los elementos que, juntos, fundamentan la Teoría de la bellota de James Hillman, la idea de que cada uno de nosotros es portador de una unicidad ya completa antes de tomar forma. La bellota simboliza el alimento primordial, la metáfora de nuestro núcleo interior, una vida llena en potencia, que atrae hacia sí oportunidades. Esta también es la idea de Platón extraída del Mito de Er, contenido en el décimo libro de República, según la cual cada individuo tiene la profunda responsabilidad de sus decisiones, las cuales se reflejan en su daimon: la imagen de sí mismo, la bellota, el compañero invisible de cada paso, el guardián de la vocación íntima.
Para descubrir el genio, YOU nos invita a mirarnos, como en la instalación en Porta Venezia, Milán, de 2020, donde sobre un espejo resalta la audaz inscripción If you don’t like, destroy. Frente a él, un montón de piedras yace esperando, listo para recibir el gesto de quien se atreva a interactuar y rebelarse contra la imagen alienante reflejada, que puede destruirse con un acto simbólico transformador capaz de manifestar la «singularidad».
La sociedad y los medios son maestros en celebrar, exagerar y adular, pero no saben imaginar, por lo que no saben ver. El proyecto que mejor encarna esta ceguera es sin duda Cryptotramp, realizado entre 2021 y 2022, durante el cual YOU eligió vivir la invisibilidad de un indigente en las principales ciudades europeas. Un gesto provocador que lo vio mendigar criptomonedas, abrazando una experiencia dolorosa pensada para sacudir al observador, invitado a reflexionar sobre lo que realmente le escapa en su cotidianidad. Una acción radical que Matteo absorbió en la piel y que desnudó la superficialidad, la indiferencia y la oscuridad que permea a la colectividad.
Hoy, vivir es como estar en un nuevo siglo XIV, entre guerras, hambrunas, plagas y trastornos climáticos. Pero lo digital nos ha apresado en un eterno presente, que no nos lleva a ninguna parte. Debemos tirar al mar bienes, pensamientos e incluso sentimientos preciosos para sobrevivir. Estamos forzados a compromisos inaceptables, incluso a renunciar a nuestra «singularidad», esa melodía íntima que, aunque parte de un coro universal, canta su verdad en solitario. El objetivo del artista Matteo Mandelli, entonces, es tender hacia un Nuevo Renacimiento, hacia la idea de que cada individuo lleva en sí una unicidad que reclama ser vivida y que ya existe antes de poder ser vivida.∙
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