Por: Marta María de la Fuente Marín

Las astillas de Pinocho

Todos recordarán a Pinocho1, un dibujo animado de Disney que exteriorizaba las mentiras a través del crecimiento de su nariz. ¡Cuántos imaginarios infantiles no habrán sido atormentados por el miedo a que la nariz les creciera desproporcionadamente si decían una mentira!

Aunque se centrara en sus mentiras, quizás por su cotidianidad, lo cierto es que el animado condenaba todo tipo de maldad, por lo que enseñar a los niños con ese método parecía bastante ilustrativo y efectivo. Sin embargo, superada la edad inocente, por un motivo u otro, un pedazo del Pinocho de madera vivía en cada persona. La nariz no crecía, pero no por eso la malicia dejaba de asomar la cabeza.

Yasser Curbelo Rego (Pinar del Río, 1982) lo sabe y así lo representa en Seres meditabundos. Sus criaturas no son luminosas como Pinocho y no tienen un final feliz. Son grotescas en tanto su deformidad no escatima en detalles representativos, siendo en muchos casos la protagonista de las obras. El uso del grabado recrudece la oscuridad que las envuelve, dotándolas de un ambiente desgarrador y lóbrego. Sus personajes son resultado del exceso, pero no siempre de riqueza, o de vicio, también de la necesidad, la miseria y el hambre.

Ciertamente con esta serie el artista no maquilla la realidad, sino que la caricaturiza, al extremo de surrealizarla en la proliferación de pequeños seres de grandes narices. A pesar de que dota  a estas figuras de piernas y brazos anatómicos similares a los hombres, los humanos cuelgan en una suerte de tendederos, recordando la obra El buey desollado, de Rembrandt. Por tanto ¿qué está pasando realmente? ¿La temida metamorfosis de la nariz gigante o la invasión del exceso personificada en criaturillas deformes?

Sean otros o nosotros, el ambiente representado no es absolutamente desconocido. Así lo prueban piezas como The Big Project,  donde un gran personaje vestido de traje despliega una sucesión de cables a «monitores con cuerpo». No es nada más que una figura de poder que ata a sus secuaces al epicentro de su dominio.

De motivos similares resulta Probabilidad de la oratoria. Ya la supremacía no está medida por la grandeza de la figura ni por la cantidad de lacayos desplegados, sino por el poder del discurso. ¿Será la nariz proporcional a los embustes de la oratoria o al aumento de la superioridad que consigue con ella?

En este sentido la obra Los pudientes se mantiene en sintonía con la plétora poderosa, en tanto una gran cena se despliega como representante de la abundancia. Resulta curioso que en este caso las narices no sean el único punto de atención, pues por primera vez aparecen humanos no distendidos. Su asomo por debajo del mantel insinúa una posible cacería sobre los platos, pero lo más importante es que se perpetúan las divisiones clasistas al interior de la sociedad, a pesar de que los seres que aquí se colocan como superiores en la cadena alimenticia, no sean precisamente humanos. La mesa se entiende entonces como símbolo «de los que están por encima» y «los que están por debajo».

Para estos últimos, Yasser hace obras como Paradoja de la inocencia, donde la presentación opulenta del plato no solo conecta con la obra anterior, sino que en mitad  de un ambiente de evidente miseria y de una charla aleccionadora, también lo hace como muestra de una realidad ajena a la que hay que aspirar de manera honesta. Una paradoja que se crea al intentar enseñar a un infante a través de algo que no necesariamente la virtud y la decencia trajeron a casa.

Sin lugar a dudas, el artista caricaturiza una realidad sin deshacerse de su esencia innegable en cuanto a decadencia, soledad y poder, hiperbolizando el rasgo más característico y común que unos y otros comparten: el exceso (nariz). Aunque sus protagonistas en la mayoría de los casos no sean completamente humanos -dejando más de una pregunta sobre su origen-, reproducen algunos comportamientos y estructuras de estos.

Yasser Curbelo ofrece una visión desgarradora del espíritu del hombre, no porque los cuelgue de un tendedero, sino porque moldea a sus criaturillas con su naturaleza oscura y les da la misma capacidad de caminar como simples mortales. 

1_ Pinocho (Pinocchio) personaje de la literatura universal. Protagonista del libro «Las aventuras de Pinocho», escrito por Carlo Lorenzini (Florencia 1826-1890)

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