La carreta, los bueyes

La utopía en la que descansa cada película nace de un relato y de la representación mental que de este se hace su creador. Es un fantasma que se hospeda justo allí, donde el acontecimiento por venir está ausente y que antes de animarse definitivamente en el celuloide se corporiza en el cartel, convertido así en el «primer plano» que apreciamos de un filme.

El cartel de cine, específicamente, además de ser un llamado a la acción, tiene como referente material una película terminada. Suele ser una invitación a que nos alquilemos para soñar en cualquier asiento de la cámara oscura. Por su parte, el cartel de cine cubano, al que se le reconoce una revolución en cuanto a los patrones formales y conceptuales imperantes en la segunda mitad del pasado siglo,  a tal punto que lo ubican como uno de los paradigmas de la gráfica  mundial, es el resultado de superar las limitaciones de recursos imperantes en la época, mediante la síntesis en la composición y la importancia del espacio en blanco dentro de esta, la restricción de colores, casi siempre planos y el uso de texturas aplicando los materiales disponibles. Ese podría considerarse el disparo de arranque de Ghost Posters, como inspiración y como realidad povera a superar, a los efectos de lograr una comunicación.  

Vivimos orgullosos de nuestro menguado cine, porque se afinca en la creatividad, en la imaginación y la persistencia de la identidad, más que en la usura de cuotas de mercado. Su historia está hilada basándonos en obras de auténtica espiritualidad. Y es precisamente esa  manifiesta pasión lo que denota esta muestra de carteles con esta diseminación  de símbolos, pretendiendo ofrecer un homenaje a los autores de la industria del cine cubano, a los artistas y diseñadores que dentro de ella desarrollaron su obra gráfica. Solo que esta vez, el homenaje  será desde la butaca del espectador, un espacio no exento de ansiedad, expectativas y temores, aunque la comodidad con que se le asocia, haga parecer lo contrario. Detrás de estos carteles con su variedad de ideas y estilos, hay una hipótesis: en tanto arriba el filme, sírvase usted mismo.