Bellas artes
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Como ya es frecuente, ARTEPOLI organiza exposiciones con los artistas que participan en sus páginas. Esta vez la sala elegida para la muestra es de muy especial significación. ImaginArte es una galería muy conocida en Barcelona, algunos de los artistas que han estado en ARTEPOLI son representados por ella. Por supuesto, esta ocasión será para llevar a este espacio a otros creadores, y de esta manera hacer crecer el abanico de posibilidades que da la colaboración. Una revista y una galería se complementan en la promoción del trabajo del artista, la galería nos da la presencia física de una obra y la revista aporta un gran alcance de esa misma obra mediante su huella, no solo en el papel sino también en los medios digitales.
En la galería Sapere Oaude aparece un comentario que define muy bien la obra de este artista:
«Las sillas, la losa colonial, el desnudo femenino, el espacio atemporal y metafísico parecen ser una constante en la obra pictórica de Ángel León Valiente. Recurre a varias clases de temas oníricos; en muchos casos algo surrealista en el concierto de elementos de extrañas realidades. Una característica unifica su producción, y remite al campo de la recepción: la calma sazonada de extrañeza y misticismo. Si podemos hablar de tendencias en el arte joven, una de ellas tendría que ver con la introspección».
«Alonso pone en cuestionamiento esa “civilización” del sujeto posmoderno y nos invita a reflexionar sobre pseudo-realidades que se construye el individuo para participar de la rueda dentada de una sociedad globalizada, con una hegemonía basada en poderes absolutistas y con una excelsa estrategia de manipulación que conduce a la automatización y la enajenación del sujeto social». Así se ha expresado Yenny Hernández Valdés en la revista CdeCuba sobre la obra del artista, en su artículo Ángel Alonso. El camino de uno mismo
«Su obra se sirve del surrealismo para vertebrar una metáfora visual en la que aborda temas como el del individuo énte, sus circunstancias, las relaciones de la pareja, el desarraigo, la memoria, la emocionalidad, etc. Al igual que en un poema, utiliza la repetición de elementos como si de una anáfora se tratara, para, de esta manera, reforzar esa imagen poética y simbólica que intenta transmitir. Su impronta bebe del barroco en muchos casos, ya que llena el cuadro de arabescos, pero no por vacua ornamentación, sino para remarcar contrastes y crear texturas afines al mensaje». (https://artepoli.com/ovidio-more/)
«Paradójicamente, Socarrás también pinta en blanco y negro —agregando a veces sutiles acentos de color—, un reto que le permite investigar los claroscuros, explorar las infinitas variantes entre el blanco y el negro, afirmar la primacía de su dibujo sin distracciones cromáticas estridentes y revelarnos el goce estético de sus gamas de grises, aquellas que captamos como metálicas como consecuencia de sus mezclas precisas, tenues y sabias.
Una preparación del lienzo bastante pulida, que no llega a tapar completamente para aprovechar su brillante tonalidad, resulta una adecuada base para sus grafismos; puntos y garabatos pequeños que el ojo capta a gran distancia como vibraciones, como pequeños temblores estratégicos, es una especie de moiré en positivo, ese efecto de desencaje que los grabadores odian en sus impresiones.
Vasto e inclusivo, sano y jocoso, alejado de todo tipo de gremio intelectual, auténtico y fluido como las aguas de un río, Socarrás va pintando su vida y viviendo su pintura, con una intensidad que solo es posible bajo una imperiosa necesidad de expresarse. Vende mucho sus codiciados cuadros pero, si no los vendiera, los pintaría exactamente igual.».
(https://artepoli.com/guillermo-socarras-a-color-y-en-blanco-y-negro/)
«Esta obra es, en mi opinión, la más certera de toda su carrera, sin desdeñar para nada su labor anterior, sus pinturas y esculturas, sus instalaciones y su trabajo como orfebre. Si deduzco que es la más eficaz no es por sus aciertos formales, sino por el contenido que encarnan precisamente esos aciertos; rompiendo con el mito del «artista loco», esta obra encuentra sus más precisas particularidades en su cordura».
La pintura de Jorge ha pasado por diferentes etapas, él también es orfebre y escultor, pero aquí veremos su pintura, porque ha tenido un cambio muy interesante a partir del confinamiento.
Después de una etapa expresionista bastante radical y bastante agresiva, y de abordar temas candentes como el de la emigración aquí en Europa, Legrá regresa a un tipo de figuración más convencional, que a la vez le permite paradójicamente, realizar una obra mucho menos convencional, mucho más particular que aquellos cuadros expresionistas.
(https://artepoli.com/las-infinitas-posibilidades-de-lo-cotidiano/)
«Desde sus inicios en la Academia de San Alejandro estuvo inquieta por esas fragmentaciones urbanas que son: barrios, municipios, guetos, esquinas, muros (unos al mar, otros a la nada) y las cosas de herencia, su devenir europeo (herencia familiar) en una tierra multicolor, donde el espiritismo no solo es africano sino medieval. Su obra es una media tinta entre estar allí y emigrar. Es una obra diaspórica, que mira hacia los lados y no encuentra más que lo mismo, que es exactamente de lo que está hecha la nostalgia». (Fragmento del artículo Insularidades. Visualidad pictórica de Analvis Somoza, de Maria Teresa Acosta Carmenate).
Este agudo comentario sobre la artista ratifica lo que muchos de sus espectadores hemos visto en su obra. Una verdadera encarnación de la dicotomía sentimental que sufre el migrante al enfrentarse a un mundo nuevo. Pero Analvis tiene muy claro que este camino, aunque duro, es enriquecedor. El mundo actual ha sido creado gracias a las grandes emigraciones y a los intercambios culturales que se desprenden de ellas.
«Su obra rinde culto a una parte esencial de la memoria de la Humanidad, que por antiquísima y también por desconocimiento, a veces se subvalora. Entre ocres, carmelitas, negros y blancos aparecen en sus lienzos figuras y fondos que revalorizan la forma de trazar y comunicar las ideas. Jorge Luis Delgado se remonta a 30 000 y 40 000 años atrás. Trae de vuelta el arte de los comienzos y contribuye a entender cómo vivía y actuaba el hombre de las cavernas». Así se puede leer en EcuRed.
En nuestra opinión, como ya hemos comentado en nuestras páginas, la obra de Jorge Delgado se apoya en el arte de los orígenes para emitir un discurso que se refiere al presente. La referencia al pasado, al arte de las cavernas, queda como un pretexto para discursar sobre la artificialidad de nuestro tiempo.
(https://www.ecured.cu/Jorge_Luis_ Delgado)
«El alma humana se puede esquematizar con el Árbol de la vida. En donde las 10 sefirots representan distintos aspectos del alma. Cáscaras o klipots son los defectos en dónde está trabada el alma; y este cuadro, el primero de la colección Cáscaras intenta representarlas. Es un árbol de la vida enmarcado en un espejo en donde el espectador se puede ver reflejado: un humano con sus defectos y carencias, un alma que intenta reencarnarse. La vida con su luz y sus sombras. La fuerza del color que se abre paso». (Palabras de la artista. https://lydiaarcos.com/)
Lydia Arcos ha estado en varias ocasiones en nuestras páginas, es una colaboradora fiel de nuestra publicación y se ha mantenido suscrita durante años para seguir todos los números que publicamos, con frecuencia participa en las exposiciones que organizamos y ha estado en nuestra sección GALERÍA ARTEPOLI, es un honor para nosotros contar con su presencia en esta exposición.
Lourdes Betancourt estudió arte en San Alejandro y el ISA y ha sido profesora y artista plástica. Sus combinaciones de colores están trabajadas con la sabiduría de la buena academia y al mismo tiempo mantienen un sabor ingenuo. Se trata de un tratamiento profesional del color combinado con una intención de apariencia naive.
A Lourdes Betancourt es la primera vez que la tenemos en nuestras páginas y ha comenzado precisamente exponiendo y con este breve comentario, es una artista de gran talento y además de mucho éxito comercial. Sus pinturas gustan a un público muy amplio y tiene clientes fijos en todas partes del mundo. Pero lo más importante es su incuestionable calidad.
«Lúdica y perspicaz, sencilla y sonriente, Crisel Lo Cartaya nos muestra una obra reciente cuya madurez es consecuencia de una evolución paulatina. Los años de trabajo, la dedicación y la constancia, han solidificado esta nueva serie cuyo título hace honor a lo que en su obra cada vez adquiere más peso: las ideas».
Enlace:
EL PESO DE LAS IDEAS
«Con rotundidad cimentada sobre velos frágiles, la obra de Antonio Llanas llama desde el principio a la contradicción. Lo tangible, lo definido, lo matemático incluso (retículas que tratan de acotar la realidad a través de patrones concretos); lo corpóreo, en fin, se sustenta realmente sobre el ánima, que descubrimos en un segundo plano que se revela sutil, ligero, impreciso. Y, sin embargo, en virtud de esa contradicción que embarga la obra de Llanas, es ese plano difuso el que nos parece esencial e imprescindible». (Fragmento del texto de Luisa María García Velasco en https://www.antoniollanas.com/critica.html)
En nuestra opinión, Antonio Llanas es, actualmente, uno de los artistas más interesantes del amplio panorama del arte español. De esto no se pueden dar cuenta muchos críticos, ya que existe una tendencia a fijarse en aquella obra que grita. Pero la obra de Llanas no grita, sino que susurra muy sutilmente sus contenidos. En eso reside su encanto
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«Alonso pone en cuestionamiento esa “civilización” del sujeto posmoderno y nos invita a reflexionar sobre pseudo-realidades que se construye el individuo para participar de la rueda dentada de una sociedad globalizada, con una hegemonía basada en poderes absolutistas y con una excelsa estrategia de manipulación que conduce a la automatización y la enajenación del sujeto social». Así se ha expresado Yenny Hernández Valdés en la revista CdeCuba sobre la obra del artista, en su artículo Ángel Alonso. El camino de uno mismo