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Bellas Artes

Arte y salud mental

Por: Sonia Barroso Sáez-Bravo

Obras: Denis Núñez Rodríguez

ARTÍCULO. (Versión digital)

La salud mental sigue siendo una de las grandes tareas pendientes de la sociedad, ahora que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. Existe una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones diferentes, pero todos son síndromes caracterizados por una alteración significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del individuo. La inseguridad emocional es un síntoma bastante común en jóvenes que no han sabido gestionar o procesar de forma adecuada un problema. Obviamente, existen lugares a los que no se puede llegar exclusivamente a través de las palabras, de ahí la importancia de abordar el problema de la salud mental mediante las artes.  

El arte es un instrumento poderoso porque en sí mismo ya es terapéutico, transforma y sana. La terapia artística invita a las personas a ingresar en un espacio creativo donde poder expresar a través de diferentes modalidades artísticas su mundo interno, identificar y potenciar sus recursos, fortaleciendo su capacidad de imaginar y transformar sus dificultades. Utilizar las artes plásticas, el teatro, la música o la danza como herramientas de canalización de procesos propios y ajenos es necesario para lograr esa mutación personal. 

El poder de la creación artística contribuye a desarrollar ciertas habilidades sociales como la comunicación, la expresión de emociones y sensaciones, la empatía, la autoestima, el autoconocimiento, la desinhibición y la confianza, desarrollando así mismo la capacidad de autonomía y adquiriendo una serie de valores y criterios que pueden ayudar a las personas a poder emitir ciertos juicios críticos sobre un mensaje.  Por tanto, a través de las diferentes disciplinas artísticas se puede generar en el individuo una actitud creativa con respecto a su propia vida y a su posibilidad de transformarla y enriquecer al mismo tiempo a su entorno.  

La Arteterapia utiliza las artes plásticas como medio de liberación emocional para tratar miedos, traumas o bloqueos personales. Mediante el uso del color y las formas se consigue potenciar el bienestar de la persona, propiciando el autoconocimiento a través de las propias creaciones. Pintar o dibujar no hace desaparecer los problemas, pero sí contribuye a liberar la ansiedad, canalizar las emociones, ordenar las ideas y salir del bloqueo. 

A su vez, el teatro es algo más que una expresión artística, es una actividad que implica  relacionarse con el entorno y desarrollar habilidades sociales en personas que presentan  sentimientos de soledad y aislamiento social. El teatro es un espacio de libertad que  permite encarnar un personaje desarrollando distintos roles o formas de ser, tanto  exterior como interiormente, ayudando en consecuencia a desmitificar prejuicios y a romper barreras establecidas por otros o uno mismo. Llevar el teatro a las aulas es  fundamental para los jóvenes, pues la práctica teatral mejora la comunicación, la  entereza para afrontar comentarios ajenos y la aceptación de uno mismo. Hacer teatro  implica un proceso de transformación en la persona, pero no solo para el que lo hace,  también para el que lo ve. Reflejar en las obras teatrales la diversidad que existe en la  sociedad ayuda a las personas a poder alejarse de estereotipos que fomentan la  exclusión.  

Por otra parte, hacer música puede ser tan beneficioso como escuchar música. La  Musicoterapia busca descubrir potenciales y restablecer funciones del individuo para  conseguir alcanzar una mejor organización personal. Mediante el empleo de la música  (sonido, ritmo, melodía y armonía) se desarrollan habilidades socio-emocionales,  generando efectos de relajación y de mejora de la conducta. Asimismo, en Danzaterapia  el cuerpo y los movimientos son las herramientas que se utilizan para expresar las  emociones personales, estableciendo un adecuado manejo de las emociones negativas,  tensiones o situaciones difíciles, y logrando fomentar conexiones más profundas y  empáticas con los demás. La danza supone un puente entre el cuerpo y la mente con  múltiples beneficios personales.  

En suma, existe una conexión positiva entre el arte y la salud mental, pues hacer arte, en  cualquiera de sus manifestaciones contribuye significativamente al bienestar  psicológico. El arte debe entenderse como una posibilidad de expresión, conocimiento,  transformación personal e impulsor del vínculo social, siendo por ello benefactor para el  ser humano y suponiendo una vía terapéutica para personas con trastornos mentales.   •

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