La fotografía advierte a la pintura lo que debe silenciar… «La pintura/muestra a la fotografía/lo que no podrá conseguir». Estos versos, son el principio de un poema del mismo Terraza, que forma parte de su libro No oír. No ver. No callar. Pensódromo 2017.
Él, que también es pintor y fotógrafo intenta buscar puntos de encuentro entre ambas técnicas y por eso se inspira en maestros de la pintura para sus trabajos fotográficos más profesionales, es decir, aquellos que muestran una realidad mediante su personal enfoque, encuadre y manejo de los valores de la cámara, pero que no la reinterpretan con ningún tipo de manipulación, como sí hizo en sus obras Texturas presentada en Les Rencontres de la Photograhie de Arles en 1992 y teDArraLIza -colección que viajó por varios países de Europa y América a mediados de los noventa-, en el que inspirándose en la pintura de Dalí, con complejos procesos personales de laboratorio, manipuló texturas, formas, colores, para crear una obra de arte fotográfica propia.
En el 2017 para el ejemplar XIII, Terraza realizó una entrevista y reportaje fotográfico a la solista de la Ópera Nacional de Bucarest Ada González, bailarina catalana que en aquellos momentos entre bambalinas nos regaló unas palabras para Artepoli durante la representación de Romeo y Julieta. Este trabajo periodístico es un brillante ejemplo de cómo crear un reportaje al modo que supuestamente lo hubiese hecho su pintor de referencia en ese momento, que no era otro que Michelangelo Merisi da Caravaggio.
Buscando el protagonismo de la bailarina, el fotógrafo ha plasmado tanto la realidad del gesto como la emoción que lo acompaña, mediante la buscada intensidad de luz que realza el dramatismo del momento con acusados claroscuros, que colocan en la sombra lo que es el imprescindible contraste de la imagen protagonista, y muestra, con la luminosidad que irradia Ada, que incluso puede impresionar a la retina del observador, la acentuada impresión de su figura, el mensaje del instante recogido por el fotógrafo y que define ese momento dramático de la obra. Este es el hecho que busca Terraza y que nadie mejor que Caravaggio le podía prestar su estética plástica para cogerla prestada en su reportaje fotográfico, lo que nos lleva a ciertas obras del pintor y de algunos de sus seguidores, los llamados caravaggistas1, entre ellos Gerard van Honthorst.
Así es como el Terraza fotógrafo, una vez sabido el trabajo a realizar, busca el resultado que represente mejor sus sensaciones hacia lo que ha de fotografiar, y lo busca en las maneras de hacer de sus artistas de cabecera, tanto clásicos como contemporáneos, como una manera de difundir sus características por los inescrutables caminos de la expresión artística.
Terraza no aprieta el disparador de la cámara hacia lo que ve, sino hacia lo que la imagen le hace sentir, así es, como lo que ofrece, no es una colección de instantáneas que explican una historia de una manera objetiva y universal, sino, su vivencia de la misma, que sin tergiversar la verdad, es la más sincera que puede mostrar
Nota
1._ Caravaggismo o caravagismo. Corriente pictórica barroca, que designa el estilo de los artistas que se inspiraron en la obra de Caravaggio. También conocidos como tenebristas, por su uso de la técnica del claroscuro. Los pintores caravaggistas reproducen la figura humana generalmente con gran realismo e intensidad de luz sobre fondos monocromos y poco iluminados creando un contraste altamente dramático.
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