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dibujo poderoso
Madonna del refugio / Acrílico sobre lienzo / 86 x 66 cm / 2020

Bellas Artes

Una intención poética y un dibujo poderoso

La obra de Alicia de la Campa Pak

Por: Ángel Alonso

«Las mujeres que pinto o dibujo son como mi alter ego,
formas que habitan mis sueños, mi mundo interior; símbolos de la vida,
la belleza, el conocimiento…»

Alicia de la Campa Pak

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De la similitud entre la poesía y la pintura se ha hablado mucho, pero no hay que olvidar que la segunda ofrece a nuestros ojos, de manera sincrónica, aquello que la primera solo puede recrear a través de su condición temporal, es decir, narrando diacrónicamente lo que un cuadro compacta en una sola imagen. Lo que en el poema transcurre, el cuadro lo sintetiza y resume. 

Alicia de la Campa Pak (1966) es una artista cubana cuya obra posee una audaz y muy deliberada intención poética, tanto es así que cuando publica sus cuadros en las redes suele acompañarlos con poemas. Y es que hay una esencia fundamental que emparenta a la pintura —o al menos a su modo de concebir la pintura— con la poesía.  Se trata de ámbitos en los que el pensamiento simbólico está por encima de cualquier explicación racional. La metáfora, con su condición plural, polisémica, va más allá de lo que pueda explicarse en términos terrenales. 

La condición poética de su obra se manifiesta cuando el color y la forma suenan como poesía en la mente del espectador; cuando éste, lejos de necesitar una explicación racional, se deja llevar por los sentidos. Se produce entonces aquello que los griegos llamaban écfrasis: la representación verbal de una figura visual. Tal fenómeno demuestra que el arte nunca es mudo, solo evade las explicaciones unívocas y apuesta por la ambigüedad. Sugerir, en lugar de describir, presentar las ideas de forma oblicua, evadiendo lo didáctico, lo obvio, es lo que caracteriza esta presencia de lo poético en las artes visuales.

Prima en su obra lo onírico, esencia del surrealismo del que tanto ha bebido, pero no para imitarlo sino para asimilarlo y levantar su propia voz. La construcción de sus figuras denota un alto conocimiento de la técnica. Las representaciones de las manos —a veces en complejos escorzos—, la construcción de los ojos, de los perfiles, de los rostros en general, demuestran un virtuosismo sin afeites. Se aleja de los trucos fáciles y penetra en lo representado, sea un pez , una persona o ambos a la vez, para entregarnos una imágen tan fantástica como real, estructurada desde su esqueleto y capaz de enriquecer la imaginación. Una imagen «de lo real maravilloso» como dijo Alejo Carpentier en 1949 sobre la literatura latinoamericana que se estaba produciendo (ya Arturo Uslar Pietri, había acuñado dos años antes el término realismo mágico). 

«Solo lo maravilloso es bello», podía leerse en el Manifiesto surrealista de 1924, pero desde nuestro continente se forjó otra manera de concebir la supuesta maravilla. Y es precisamente esa concepción del surrealismo latinoamericano, muy diferente al europeo, la que podemos encontrar en pintores como Roberto Fabelo, Cosme Proenza, o Alicia de la Campa Pak.

La obra de Alicia se destaca por el control cromático y la firmeza del dibujo. Cuando se escapa de sus frecuentes gamas de colores análogos emplea una paleta muy variada, en la que las tonalidades funcionan como los instrumentos de una orquesta sinfónica. 

Presta atención al título como pieza angular en su comunicación con el espectador. El barroquismo que puedan tener sus imágenes nunca es gratuito ni decorativo sino necesario a su lenguaje y a lo específico de cada tema que aborda. Se puede ver que en cada cuadro ha partido de una idea concreta. Las composiciones son estables, vuelan pájaros o mariposas y en ocasiones navegan barcos alrededor de personajes centrales que pueden ser tán sólidos como tótems. Abundan los perfiles, las composiciones simétricas, las figuras estáticas. Y sobre esa base se crean las más disímiles historias.

Una obra como Vanessa mística (2021), en la que su dibujo se muestra muy poderoso, es un ejemplo de esta tendencia a sugerirnos historias fantásticas. Aquí las mariposas y las flores parecen recrear los pensamientos de la mujer retratada. La representación femenina es una constante dentro de su obra. Alicia de la Campa Pak es, actualmente, una de las artistas más maduras de su generación. Nunca se ha dejado llevar por tendencias de moda, ha permanecido fiel a su propia concepción artística, ha optado siempre por la autenticidad y por seguir su propio camino.  •

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