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Bellas Artes

En torno a la Acrópolis de Atenas

«El arte no reproduce lo visible, sino que lo hace visible». Paul Klee

«Nuestros ojos están hechos para ver formas bajo la luz». Le Corbusier

Por: Pilar Alonso García del Busto

ARTÍCULO. (Versión digital)

Un día soleado después de la lluvia, en un paseo por el entorno de la Acrópolis de Atenas, Juan Ramón Martín, atraído por la belleza del lugar, centra su atención en los trabajos de Pikionis, tomando una serie de fotografías.

La primera observación cuidadosa de cada una de esas fotografías produce una emoción difícil de describir. La cámara de Juan Ramón, registro de su contemplación artística, recorre los caminos de acceso a la Acrópolis a través de los Propileos y los que conducen a la colina de Filopapo, realizando una búsqueda original que se aproxima a la obra de Pikionis, con la idea de recuperar la memoria de este gran arquitecto, referente de la Arquitectura Moderna en Grecia.

A principios de los años 50, el arquitecto Dimitris Pikionis, recibió el encargo de ordenar el entorno de la Acrópolis como parte de la recuperación de la zona. Con el objetivo de potenciar las ruinas arquitectónicas que forman parte de la identidad común y permanecen   como testimonios presentes del pasado, proyectó uno de los paisajes arquitectónicos y culturales más interesantes del siglo XX, estableciendo un diálogo entre la memoria arqueológica y la intervención contemporánea.

Del mismo modo que Pikionis a través de su obra nos aproxima al conocimiento de la arquitectura de la Acrópolis, Juan Ramón nos acerca a la arquitectura de Pikionis desde sus propias características, creando una nueva forma de mirar, hilvanando el pasado con el presente. Con su habilidad de escultor conecta lo artístico con la realidad para materializar uno de los modos de sentir una de las intervenciones paisajísticas más fascinantes de la  Arquitectura Moderna.

Juan Ramón, a través del objetivo de su cámara, capta la excepcionalidad del detalle para ver el todo desde las partes, enlazando con la idea central de Pikionis de que todos los elementos debían desarrollarse «hasta el más mínimo detalle para fundirse en un concepto único».

El pavimento construido por Pikionis de forma artesanal y minuciosa,  «con una supervisión práctica eminentemente activa”, pretende enfatizar el lugar y sus alrededores, haciéndose  cargo del paisaje con «tiempo lento, porque se necesita una paciente elaboración sobre el terreno para ensalzar y potenciar el conjunto arquitectónico de aquellas arquitecturas de la más gloriosa antigüedad clásica».

Las imágenes tomadas por el artista nos hacen observar, a través de su mirada, cómo es la arquitectura de Pikionis, cuán importante es la disposición geométrica que prepara previamente a la ejecución de la obra con la elección de las piezas recogidas del suelo, procedentes de las demoliciones del siglo XIX. Compone un collage con la piedra como materia principal para construir el paisaje, mostrándonos el diálogo entre paseo y contemplación, naturaleza y arquitectura, y presente y pasado.

A través de sus fotografías, el artista, nos descubre composiciones geométricas vibrantes, representaciones con características sensoriales y superficies de distintas formas que resaltan sobre el suelo humedecido por la lluvia.

Ha acertado a sublimar su objeto que, de acuerdo con sus preferencias, interpreta para crear su forma de sentir. Estas preferencias se refieren al encuadre, a la composición, a la repetición de formas sobre el fondo, a la continuidad de los materiales en combinaciones  diversas, a los matices, vetas y transparencias de los materiales pétreos envejecidos por el paso del tiempo. Texturas que aparecen con mayor o menor intensidad según la incidencia de la luz sobre el pavimento, superficies pulidas por las pisadas, mármoles picoteados con   suciedad en las oquedades, piezas rotas, mármoles alterados por el agua… Luces, sombras y materia que reflejan la existencia del paisaje y de los árboles en movimiento. Colores naturales inherentes a la piedra, que forman parte de la naturaleza del material y permanecen con él mostrándonos el juego de su combinación.

La experiencia de reproducir en esas imágenes la materia ya conformada, nos hace participar de una emoción que no es sólo visual. Es también táctil. Tiene que ver con un objeto sólido, acariciado por la mirada.

Esta obra permite identificar nuevas inquietudes en la obra de Juan Ramón, que introduce otras herramientas diferentes de búsqueda en su trabajo como arquitecto, escultor y artista gráfico, además de contribuir al conocimiento de la obra de Pikionis.

Fotografías impresas sobre papel de algodón Hahnemühle Photo Rag de 308 gr/m2. Tintas pigmentadas (la impresión realizada en el taller Digigráfico emite un certificado de que la copia está realizada con tintas Epson que duran más de 100 años). Dimensión mancha: 26 x 26 cm, papel 30 x 42 cm / 2023.

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